Exasesora de diputada Carmen Quesada: 'Me dijo que me quitara el saco, que me levantara la blusa para ver que no la grababa'

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"Mi hija nació el 3 de abril, y mi licencia de maternidad se terminó el 15 de julio. El lunes 18 de julio volví al despacho para reincorporarme al trabajo, pero se me indicó que debía esperar a la diputada. Ella llegó y me indicó que no tenía confianza en mí, que yo le fallé por no haber contestado sus llamadas en el periodo de incapacidad".

"Luego, dijo que sentía que yo le tomé el pelo y me preguntó si yo podía demostrar lealtad. Entonces, me indicó que me quitara el saco, que me diera la vuelta y me levantara la blusa para ver que no andaba ningún artefacto que la grabara".

Así recuerda Annie Alvarado Ceciliano su regreso al trabajo luego del nacimiento de su segunda hija. Insiste en que, a partir de ese momento, su relación con la legisladora Carmen Quesada Santamaría se volvió un infierno pues, a pesar de que la ley la amparaba, ya no podía ser una funcionaria 24/7.

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Recuerda que conoció a Carmen Quesada en la Casa Libertaria, sede del Partido Movimiento Libertario, en la campaña previa al 2014, en que la diputada aún disfrutaba fotografiarse con el entonces candidato de esa agrupación, Otto Guevara.

La cercanía entre ellas fue tal que Quesada le ofreció trabajo en su despacho, una vez que ganara una curul por Limón.

Con solo 250 votos de diferencia sobre el aspirante del PAC, Quesada ganó la diputación a la Asamblea Legislativa por el Movimiento Libertario.

Entonces, Annie Alvarado llegó a trabajar con la diputada el 14 de agosto del 2014, cuando la esta aún formaba parte de la bancada libertaria y, aunque el trabajo era bastante, se sentía satisfecha.

Sin embargo, las funciones de la asesora se fueron ampliando conforme pasaron los días, relata, al grado de que la diputada empezó a uilizarla para prácticamente cualquier necesidad relacionada o no con su despacho.

La labor más desgastante era la de hacerle mandados pues, según dijo, la legisladora la utilizaba como chofer personal. Incluso, le pedía que pusiera su propio carro para trabajar.

"En todo momento utilicé el vehículo de mi uso personal para el traslado de la señora diputada, con gasolina que pagaba con la tarjeta de combustibles de la Asamblea. Hacía muchos viajes a nivel nacional, el carro nunca recibió mantenimiento, ni pagos extra, ni nada que se le parezca por parte de ella", recuerda Alvarado.

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Aún así, el trabajo parecía llevadero. Pero la idea de hacer un esfuerzo extra "por el despacho" y de ayudarle a la diputada en sus necesidades se extendió a los favores familiares.

Este tipo de favores incluía el cuido de la madre de la diputada, una adulta mayor a quien Alvarado dice haber tenido en su casa días completos, mientras Quesada se iba de viaje como parte de sus labores en la Asamblea Legislativa.

"La primera vez que cuidé a la señora madre de la diputada fue el 13 setiembre del 2014 por un fin de semana (...). En muchas ocasiones, mi responsabilidad era recoger a la hija de la universidad UIA a las 9 de la noche e irla a dejar a la casa de ella. De igual manera, con otro de sus hijos que se trasladó a vivir a a Paraíso de Cartago, debía recogerlo en su departamento y luego dejarlo en el Instituto Tecnológico de Costa Rica".

A parte de poner su carro para hacer mandados y recoger hijos, las funciones de la asesora incluían adherirse al horario de Quesada, mucho después de la hora de salida en el Congreso.

"El jueves 12 de febrero del 2015, dejé a la diputada en el hotel Radisson aproximadamente a las 7 de la noche y la recogí en la soda Chelles cerca de la media noche".

"El viernes 13 de febrero, fui al departamento del hijo, en Paraíso de Cartago, para llevarle los comestibles a él. El lunes 16 de febrero, estuvimos hasta altas horas de la noche en la Asamblea Legislativa. Allí debí esperar hasta poder llevarla a su casa, ubicada en Heredia, carretera al Zurquí. Generalmente, debía quedarme hasta altas horas de la noche", continuó.

El intinerario de viajes continúa. La exasesora dice tener registros de bastantes.

Hacia abril del 2015, las cosas se complicaron. Quesada empezó a distanciarse de Otto Guevara, quien empezó a dar señales de querer quedarse en la jefatura de fracción del Movimiento Libertario a pesar de que, según Quesada, había un acuerdo verbal de que ese año ella sería la jefa de fracción.

La relación entre los diputados se volvió insostenible, Quesada renunció a la fracción del Movimiento Libertario, y se declaró diputada "independiente".

A partir de allí, recuerda Alvarado, la diputada se volvió más desconfiada. Creía que cualquiera de sus asesores le podría dar información a Guevara y empezó a exigir pruebas de fidelidad.

Aún así, Quesada le tenía suficiente confianza como para encomendarle el cuidado de su madre "el lunes 8 de junio del 2015 al 19 de junio", dijo.

Estas circunstancias le impedían compartir con su hija mayor, que tiene nueve años de edad. Sin embargo, afirma que "hacía maromas" para conseguir que familiares o gente cercana se la cuidara.

Las cosas estaban por complicarse.

"El 12 agosto del 2015 me informan que me encuentro embarazada", dice Alvarado. Allí las cosas se pusieron cuesta arriba, recuerda, pues la diputada esperaba la misma entrega en tiempo y recursos, incluso dice que la congresista la fue metiendo en un cuadro de estrés, pues la empezó a amenazar con dejarla sin trabajo aun cuando estuviera incapacitada.

Luego, llegó la campaña electoral de alcaldes. El exalcalde de Limón Róger Rivera, pareja de la diputada y quien también trabaja en el despacho de esta, pelearía por volver a la alcaldía con el Partido Republicano Calderonista.

A pesar del embarazo, Alvarado dice que debía trasladarse a Limón para ayudar a la campaña de su jefa. Incluso, haciendo banderas para las actividades proselitistas.

"Fuimos a comprar telas e hilos para la confección de banderas el miércoles 10 y el jueves 11 de noviembre del 2015. Me puso a hacer unas 100 banderas para la campaña de su marido, de hecho, nos acompañó una amiga, porque mi condición de salud estaba afectada por el embarazo", explicó.

"El miércoles 16 de diciembre (2015), debí manejar embarazada hasta Limón. Ese día me encontraba mal de salud, por lo que una amiga se ofreció a acompañarnos. La diputada aceptó porque ella iba con nosotras en mi vehículo. El motivo fue el cumpleaños del esposo de la diputada, luego en horas de la noche nos devolvimos a San José, la dejamos en su casa y yo me retire a dejar a mi amiga y a mi casa", dijo.

En febrero, el tren de trabajo, sumado al embarazo, empezó a cobrarle facturas a su salud, por lo que tuvo en el Hospital México la obligan a incapacitarse, en vista del grado de estrés que manejaba.

En ese tiempo, pasó incapacitada de forma intermitente durante 46 días, hasta que entró a la licencia por maternidad. Durante ese tiempo, Alvarado dice que trató de enfocarse en sus hijas y en su recuperación. Sin embargo, al regresar a su trabajo, la diputada Quesada le reclamó ese distanciamiento.

"Yo ya no era una funcionaria a tiempo completo para ella", dice, e insiste en que, a pesar de todo, ella confiaba en Quesada, pero el sentimiento ya no era recíproco. El jueves 29 de setiembre de este año, Alvarado dice haberse sentido mal. Avisó a Mario Villamizar, jefe de despacho de la diputada, que probablemente faltaría.

El día siguiente, viernes 30 de setiembre, siguió con malestares. Aún así, dice que llegó a un acuerdo para que Villamizar le permitiera gestionar vacaciones para cubrir esos días sin tener que incapacitarse.

Al fin de cuentas, esperaba que Quesada, como defensora de la maternidad y de los derechos de las mujeres, la apoyara. Después de todo, agrega, ella la había apoyado más allá de lo que le tocaba como funcionaria legislativa.

Sin embargo, Quesada no aceptó justificar las ausencias y, por el contrario, las repotó a Recursos Humanos y a la Dirección Ejecutiva, pidiendo una recomendación.

La diputada no informó de la situación de licencia por lactancia de Alvarado. Así lo dijo a este diario la abogada Grettel Solano, encargada de redactar la recomendación del departamento Legal en la que se sugirió el despido de Alvarado.

Quesada esperó a que las cosas se decantaran por sí solas, sin aclarar que la funcionaria estaba protegida por el fuero especial del artículo 94 bis del Código de Trabajo, que prohíbe despedir a una funcionaria con licencia de maternidad o de lactancia.

El 13 de diciembre el Directorio legislativo, presidido por Antonio Álvarez Desanti, dejó en firme el acuerdo de despedirla. Para entonces, Alvarado estaba incapacitada.

El diputado Álvarez Desanti dijo a este diario que el Directorio se limitó a cumplir la voluntad de Quesada, apegado al criterio del Departamento Legal, que recomendaba el despido, sin saber que Legal no indagó lo suficiente para señalar que había una protección especial.

Ahora, el caso se ventila en el Ministerio de Trabajo y en el Tribunal Contencioso Administrativo. En tanto, Alvarado espera aclarar la situación lo antes posible. En este momento, ella no cuenta con ingresos. Se apoya en familiares y amistades.