Las tirantes relaciones entre los gobiernos de Laura Chinchilla y Daniel Ortega son un tema ajeno para los empresarios nicaragüenses asentados en el país.
Las disputas en la Corte Internacional de Justicia en La Haya, Holanda, por la invasión de isla Calero o los reclamos de Ortega sobre los territorios de Guanacaste no caben en los libros de contabilidad de los empresarios nicas aquí.
Restaurantes, hoteles, farmacias y empresas agrícolas dedicadas al ganado o la caña de azúcar son solo algunas de las actividades que han florecido aquí de la mano de nicaragüenses.
Un ejemplo de este empuje empresarial lo refleja a pequeña escala la farmacia El Socorro, en Pavas, que tiene 32 años de ofrecer medicinas a los josefinos.
“Los conflictos políticos son situaciones lamentables que se dan entre Managua y San José más que entre los pobladores de los países”, opinó Simmel Ortegarrieta, hijo de Milton Ortegarrieta, el fundador de la farmacia.
Otros empresarios se adhieren a organizaciones que procuran eliminar la xenofobia, como la Asociación nicas y ticos somos hermanos, que agrupa a 150 personas físicas y jurídicas para impulsar el comercio entre ambos países.
“Yo me siento bastante comprometido y veo muy importante el intercambio cultural y económico de la población migrante de ambos países”, dijo el coordinador de la Asociación, Ariel Castillo.
Tema aparte. La conveniencia de mantener buenas relaciones entre los comerciantes es un punto que no se discute entre los gobiernos.
No es de extrañar que el Gobierno tico procure tener buenas relaciones con el empresariado nica.
El vecino del norte es hoy el principal socio comercial de Costa Rica en Centroamérica y el quinto a nivel mundial, según el informe del 2012 de la Promotora Costarricense de Comercio Exterior (Procomer).
Las exportaciones ticas a Nicaragua llegaron a los $501 millones en el 2012, y las importaciones a $105 millones.
A esto se suma el fuerte enclave de empresas donde los inversionistas nicas llevan la batuta.
El embajador nicaragüense, Hárold Rivas, asegura que pese a las tensiones políticas se intenta no afectar la relación comercial.
“Creo que ambos gobiernos están conscientes de que no se pueden afectar el asunto comercial y no se debe mezclar con asuntos políticos”, aseveró Rivas, quien incluso tiene familiares aquí.
El ministro de Comunicación, Carlos Roverssi, afirmó que desde el Poder Ejecutivo se evita “cualquier afectación a ese tipo de relaciones”.
“Nosotros hemos tratado de evitar que el diferendo con Nicaragua pase de ser de carácter político institucional a cosas más graves como afectar las relaciones comerciales que son muy fuertes”, agregó.