La dictadura de Daniel Ortega expulsó de Nicaragua, este miércoles 12 de abril, a tres monjas de la Congregación de las Hermanas Dominicas de la Anunciata. Dos son costarricenses, Cecilia e Isabel Blanco, mientras que la tercera, de nombre Teresa, es de origen guatemalteco.
Las tres religiosas eran las encargadas de administrar el Hogar de Ancianos Fundación López Carazo en Rivas, Nicaragua, según reportaron medios de comunicación locales.
De acuerdo con 100% Noticias de Nicaragua, Rosario Blanco tenía 24 años de dirigir el hogar de acianos. El medio informó de que la orden de expulsión enviada por el régimen de Ortega a la Diócesis de Granada fue inmediata, pues ordenaba a las religiosas abandonar el país en un plazo máximo de 72 horas.
Las dos religiosas costarricenses salieron de Rivas la mañana de este miércoles, y cruzaron la frontera hacia Costa Rica minutos antes de las 3 p. m.
Eco Católico precisó que la hermana Teresa, originaria de Guatemala, se encontraba en cama, por lo que deberá ser trasladada en ambulancia.
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El obispo de la Diócesis de Tilarán-Liberia, monseñor Manuel Eugenio Salazar, externó su deseo de brindar apoyo a las religiosas y sus familiares. Por ello, desde el mediodía, se trasladó a la frontera de Peñas Blancas el párroco de La Cruz, el sacerdote Juan de Dios Bermúdez.
Además de Bermúdez, las religiosas fueron acogidas en suelo costarricense por su hermana y su cuñado, Violeta Blanco y Carlos Vargas.
De momento, no se conocen los motivos exactos por los cuales la dictadura nicaragüense decidió expulsar a las religiosas.
Manuel Eugenio Salazar, obispo de Tilarán-Liberia, declaró: “Hermanas, es un honor que sus pies de esposas de Cristo pisen estas tierras, la diócesis está abierta para ustedes. ¡Gracias por su entrega a Cristo y a su Iglesia!”.
“Sigamos orando por la Iglesia en Nicaragua y especialmente por monseñor Rolando Álvarez que ha cumplido dos meses de prisión (en Nicaragua). ¡María Madre Inmaculada, defiende y protege a Nicaragua!”, añadió.
La diócesis dijo que se une a las oraciones del papa Francisco por el pueblo de Nicaragua.