Álvarez Desanti: la política de empleo público del gobierno de Arias fue equivocada

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Antonio Álvarez Desanti estaba sentado, solo, de espaldas a un ventanal del piso 13 del hotel Hilton. Más allá de las ventanas, el Estadio Nacional. El precandidato del PLN mantuvo una conversación de poco más de 30 minutos, en el cual defendió su independencia de Oscar y Rodrigo Arias, atacó a José María Figueres por sus posiciones en los últimos debates y afirmó que, en caso de perder en la convención del domingo, se retirará de la actividad política.

En el 2005, al dejar el PLN, afirmó que los hermanos Arias representaban la política tradicional. Hoy, a un día de la convención en que se escogerá al candidato verdiblanco del 2018, justifica el apoyo de los Arias alegando que "la política es algo muy dinámico". Aún así, sostiene que el exmandatario se equivocó al disparar el gasto en empleo público en su último gobierno.

De seguido, un extracto de la entrevista con La Nación.

-Usted, como empresario, mantiene una demanda contra el Estado de Panamá por el tema de los territorios indígenas, En el escenario de que gane una elección presidencial, ¿usted mantendría esa demanda, tomando en cuenta de que Panamá es un país vecino?

Claro, yo no la puedo quitar, porque no soy yo en lo personal (quien presenta la demanda), sino que somos un grupo empresarial. Yo tengo un porcentaje de acciones pero no soy el dueño exclusivo de los terrenos, y no puedo renunciar a la indemnización que estamos demandando. Yo pensaría que eso a la larga facilite que podamos sentarnos en una negociación. Creo que Panamá, si ve el tema con sensatez, tiene que entender que allí hay una violación al derecho de propiedad.

"En todo caso, si debo retirarme del proceso, tendría que asumir el proceso algún otro miembro del consorcio, algún europeo socio nuestro. Ahora bien, tengo muy clara la división entre mi rol como presidente y el rol de nuestra posición patrimonial de defender nuestros intereses ante una violación de este país. No debería afectar la relación entre los Estados".

-En 2005, cuando usted renunció a Liberación Nacional, salió del Partido señalando que los hermanos Arias representan a la política tradicional. ¿Piensa diferente ahora? ¿Cambió de opinión?

Yo, evidentemente, debo decir que la política es algo muy dinámico. La vida es dinámica por sí misma. Ahora, cuando escuché a José María en el debate ofendiéndome, recordé sus discursos cuando decía que yo era el líder que podía dirigir su campaña y cuando gana y se va en halagos felicitándome, diciéndome que gracias a mi habilidad política y liderazgo, se ganó su elección (1994) y ahora me ofende. Bueno, Hay que entender que hay mucho dinamismo. Lo importante hoy en día es que mantengo una muy buena relación con ellos (Óscar y Rodrigo Arias), me han apoyado en esta campaña, se los he agradecido mucho y, por supuesto, son personas a las que yo consultaré y pediré consejo como presidente de Costa Rica.

-Hay señalamientos en esta precampaña de que usted es manejado por los Arias. De hecho, usted no plantea su precandidatura hasta que Óscar Arias no termina de descartar su participación en este proceso. ¿Hay alguna dependencia de los Arias?

Recordemos que mi candidatura surge cuando don Óscar Arias se retira. Allí surge el tema de que el liberacionismo no quiere que el candidato sea José María Figueres, porque con él Liberación pierde. Allí es cuando yo decido dejar atrás mi decisión de retirarme. Si Oscar hubiera seguido, yo no me meto en la campaña, o si otro candidato hubiera logrado aglutinar el antifiguerismo, yo tampoco me hubiera metido. Al retirarse Oscar Arias, y quedarse José María solo, y con el temor del liberacionismo de que nadie lo iba a enfrentar (...), los liberacionistas y los costarricenses vuelven a ver a Antonio Álvarez, y ahí es donde surge mi candidatura, pero si hubiesen vuelto a ver a Rolando González o a Aiza, yo no hubiera participado.

-Usted ha sido uno de los políticos que más ha cuestionado el tema de gasto público. Se ha pronunciado en contra del crecimiento desordenado del Estado, sin embargo, si hay una administración que se caracterizó por un crecimiento exagerado, desbordado y sin planificación del empleo público, fue la de don Óscar Arias (la segunda), donde el caso más claro fue el de la CCSS, pero usted no se ha pronunciado al respecto.

Yo creo que la política de empleo que se tuvo en ese periodo, y que dirigió Eduardo Doryan, me parece que fue una política equivocada. Sobre todo, lo que más echa uno de menos es que, a pesar de ese crecimiento en el empleo, uno no nota una mejoría en los servicios que se están dando. Además de la generación de un número de plazas importante, no se dio una mejora importante en los servicios. No lo digo ahora, lo dije en la Comisión de Control de Ingreso y Gasto Público y mantengo mi criterio, por eso y muchas cosas más. He sido uno de los defensores de que no debemos avanzar en la modificación de los impuestos hasta tanto no tengamos una legislación que venga a definir las reglas en el tema del empleo público y los pluses.

¿Es decir, usted no impulsaría impuestos, aun en un eventual gobierno suyo, hasta que no se ordene el tema del empleo público?

Claro, eso lo ha dicho Liberación en los últimos cuatro años, y lo he dicho yo en los últimos tres años, y como presidente de la Asamblea Legislativa, veníamos impulsando el proyecto (de empleo público) de doña Sandra Piszk (dipútada del PLN) que se quedó varado porque el gobierno decidió retirarlo en enero.

-En el peor escenario para usted, de que no gane la convención de este domingo, ¿cuál sería su futuro?

En abril del 2018 me retiro. Me retiraría de la política activa. No de la política, porque obviamente seguiría apoyando. Termino mi proceso de diputado, y no volvería a aspirar, no volvería a un cargo público. Me dedicaría, como lo había definido desde antes, a la familia. Nuria y yo tenemos más de 34 años de casados, hemos tenido esfuerzos y sacrificios, en lo empresarial y en la parte política, la educación de las hijas; y ahora también queremos disfrutarnos como pareja, aprovechar a los nietos, y aprovechar que tenemos un grupo empresarial grande que camina sin necesidad de que estemos que estar y tendría una vida más tranquila. Esa sería mi decisión si no gano la elección de este domingo.

-La ambivalencia en política es un tema que se le cobra muy caro. ¿Cómo salir de eso con el menor daño posible?

Cuando a mí me hacen cuestionamientos sobre ambivalencia, es que dije que no iba a ser candidato presidencial y que me retiraba en abril del 2018; y ahora voy a ser candidato y presidente de Costa Rica. En realidad estamos hablando de algo que no responde a principios. Yo salgo de Liberación Nacional y hago un reclamo frente a lo que consideré un proceder pasivo de un sector, en términos de actitud frente a las personas que han sido cuestionadas por el caso más grande pago de propinas y premios que se conoce en la historia de Costa Rica, y donde al final no hubo ninguna sanción. Cuando yo regreso, mantengo el mismo lenguaje. Cuando hablamos de que he cambiado de opinión, no hablamos de principios, los principios son inalterables. La vida es dinámica y debemos cambiar con el paso de los tiempos.

¿Ese mismo dinamismo también aplica para temas como LGTBI (en 1988 como ministro de Justicia, Álvarez había prohibido una reunión de lesbianas)?

Claro, por su puesto, y Dios guarde no evolucionáramos, porque debo decir que, en ese tema, la sociedad ha tenido una evolución muy grande, y uno es parte de esa sociedad. Cosas que antes no eran vistas como derechos humanos, hoy son vistas como derechos humanos que hay que respetar.

¿Usted se va en 2005 de Liberación porque no se persiguieron temas de corrupción relacionados con ICE-Alcatel, pero José María Figueres, volvió al PLN, y fue presidente del Partido, y usted, esta vez, no renunció al Partido?

Claro, y yo fui una de las personas que lo combatió. Yo estuve con Francisco Antonio Pacheco, dije que no me parecía conveniente que José María fuera (presidente del Partido). Además, me parecía que era inconveniente que alguien que iba a ser candidato presidencial llegara al Partido para tomar la presidencia del Partido por un año. José María, entonces, ahora habla de que llegó a revivir a Liberación Nacional y que la ganancia en las elecciones de alcaldes fue mérito suyo, cuando en realidad, la mayoría de los alcaldes me apoyan a mí. Pero yo me opuse a la candidatura a la presidencia del Partido de José María Figueres.

"También me opuse cuando, sin razón alguna, se propuso a expulsar a Johnny Araya, y al final lo logró, y hoy en día, la Sala Constitucional anula la expulsión de Johnny por violación a los derechos de las personas, y es que es como una norma de conducta de José María, que es lo mismo que quiere hacer con las lanchas. Para él, la gente no tiene derechos. Si él cree que una lancha es narco, entonces le dispara, bueno, igual, mañana podrá creer que una cosa es de una manera, y entonces le dispara".

¿Qué hubo diferente entre el 2005 y, ahora, que esta vez no renuncia al Partido?

Lo más importante es que ahora estoy enfrentando la lucha adentro, porque sí creo que una persona con los antecedentes del caso Alcatel, no puede ser presidente de Costa Rica. Por eso estoy dando la lucha desde adentro.

-Usted presentó una acción de inconstitucionalidad contra la prohibición de contratar con el Estado para los familiares directos de altos funcionarios del Gobierno.

Es muy sencillo, son varios incisos los que estoy cuestionando. Si usted tiene una empresa y yo, o cualquier político o persona que esté en gobierno, su empresa está muerta en lo civil. No puede hacer ninguna negociación con el Estado, aunque sea un socio minoritario, y eso me parece que es una violación al derecho de las personas. Yo participo en sociedades donde hay socios que no son liberacionistas, y que me han dicho que no votaron por mí para que fuera diputado y cómo es posible, me dicen, que no pueden hacer negociaciones con el Estado, porque a diferencia de otros funcionarios, el diputado tiene prohibición absoluta, salvo que sea inopia. Ahí se violan derechos de socios minoritarios (...). A mí me parece que la mayor regulación es la transparencia.

Sin embargo, un diputado que sea socio de un grupo empresarial, podría apalancar un proyecto en una u otra dirección. Claro, pero si hay transparencia, esa persona sabe que no debe meterse (en la negociación con el Estado) y, si se mete, esa persona incurriría en tráfico de influencias y se expone a penas de cárcel, pero debe haber transparencia.

-¿Cuál es su lectura del ambiente previo a la elección?

Estoy muy optimista y realmente convencido de que vamos a ganar la convención. El periodo de enero a abril permitió que nosotros fuéramos ascendiendo poco a poco, y de manera sostenida, hasta pasarle a José María. Estos últimos debates nos permitieron consolidar nuestra ventaja, porque quedaron muy claras las diferencias entre los dos candidatos y entusiasmar a la gente.

-¿Por qué lo de entusiasmar?

Porque sea como sea, las discusiones que se dieron, los términos en que se hablaron muchas cosas, permitieron que la gente volviera a ver la convención, pusiera los ojos en la convención y se decidieran por ir a votar el domingo.

-¿Preveía una precampaña tan dura?

La precampaña se pone dura cuando José María (Figueres) empieza a bajar en las encuestas. La realidad es que es evidente cuando él empieza con su lenguaje, empieza a atacarme, empieza a golpearme, a sacarme memes inventando cosas, aparece un exministro ligado a José María con una crítica y un lenguaje vulgar atacándome a mí. Se ataca a Nuria (Marín), mi esposa, diciendo que quién va a mandar, si Nuria o Antonio. Cuando eso sucede, coincide con que aparecemos en las encuestas por encima de José María.

-¿Siente que la dureza del lenguaje se debe a desesperación?

Un José María derrotado debe buscar un elemento que le permita revertir. Pierde el control y se lanza abiertamente al ataque, y me parece que ahí incurre en actos que han sido muy censurables en términos de su lenguaje, referencias, ofender a las mujeres, su actitud en los debates donde sale de control, se sale de su podio y se viene contra mí. En el debate del canal 7 se nota un José María casi descontrolado se acerca a la cámara con el puño y sí, no medimos que cuando José María se viera perdiendo, iría a asumir ese rol.

-¿Usted se ve ganando la elección nacional?

Sí, hoy las encuestas lo dicen. Soy además el único liberacionista que tiene la capacidad de superar al Partido, de llevar el Partido del 26% (de votos) al 40%, de poder pescar en aguas de las personas sin partido. Liberación Nacional ya no gana sola. Ya Liberación necesita traer gente externa a lo que hoy se define como liberacionismo, y sí creo que a hoy sí gano las elecciones, y aunque falte aún un periodo muy largo, me siento muy optimista.