12 diputados en una videollamada: Negociaciones en época de emergencia por coronavirus

Ante la necesidad de mantener la distancia física, pero sin dejar de discutir proyectos de ley, los legisladores recurren a herramientas tecnológicas para negociar virtualmente y relatan sus experiencias con esta modalidad

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En medio de la emergencia por el nuevo coronavirus, los diputados se vieron obligados a romper los formalismos de la negociación legislativa y a acercarse a herramientas que, en algunos casos, les eran totalmente ajenas.

¿Cómo negocian mociones y proyectos de ley de suma urgencia en una época en que las medidas sanitarias imponen un alejamiento entre las personas, en que lo mejor es no darse la mano para cerrar acuerdos y, menos aún, darse abrazos?

La preocupación sanitaria llevó a los diputados a celebrar sus reuniones de manera virtual, sea por videollamada o por teleconferencias, cuando se requiere de una mayor cantidad de participantes.

Así lo hicieron a partir del viernes pasado cuando se suspendió el trabajo habitual del Congreso en Cuesta de Moras, en San José.

Las comisiones, foros donde los diputados forman las leyes, fueron paralizadas y la labor del plenario legislativo fue trasladada al Museo de los Niños, en donde los congresistas sesionarán solo dos veces por semana, situación que los obliga a negociar de antemano de manera virtual para afinar mociones y votar en plenario.

En esas condiciones, tuvieron que ponerse de acuerdo para financiar 10.000 pensiones para adultos mayores en pobreza, así como para aprobar un crédito de $500 millones del Banco de Desarrollo de América Latina (CAF) para atender la emergencia por el nuevo coronavirus.

Ahora, el gobierno les pide aprobar otros tres proyectos relacionados con recursos, al tiempo que los diputados formaron cuatro mesas de trabajo para discutir medidas en cuanto a créditos, alquileres, Fondo de Capitalización Laboral (FCL) y Régimen Obligatorio de Pensiones (ROP).

Para ello, recurren a aplicaciones que permiten tener conversaciones en tiempo real.

La evidencia quedó en Twitter, donde la jefa de la Unidad Social Cristiana (PUSC), María Inés Solís, publicó un pantallazo de su computadora donde se ven 12 legisladores de distintos partidos conectados en la misma conversación sobre proyectos de ley para atender los efectos de la emergencia del covid-19.

Algunas fracciones no logran aún romper la barrera y sus conversaciones se dan principalmente en Whatsapp, en el chat donde estén todos los miembros de la bancada.

En otras, como la fracción del Partido Acción Ciudadana (PAC), ya hicieron una reunión de fracción virtual este lunes.

Así lo dejó ver el diputado Enrique Sánchez, quien publicó en su cuenta de Twitter una captura de pantalla de su computadora, donde se ven los 10 legisladores de gobierno participando de la cita.

“Es una experiencia totalmente novedosa, pero que demuestra que sí es posible hacer ese trabajo con los recursos tecnológicos de que se dispone”, explicó Víctor Morales Mora, del PAC, de 62 años.

El exministro de Presidencia añadió que, en realidad, se realiza un trabajo híbrido, pues hacen citas y negociaciones virtuales, pero también aprovecharon la sesión de este martes, en el Auditorio Nacional, del Museo de los Niños, para verse un rato y ponerse de acuerdo en presencia.

No obstante, confirmó que algunos acuerdos se concretaron a distancia desde el lunes. "Sí es posible trabajar dentro de los tiempos y las urgencias que esta situación plantea”, indicó Morales.

También los jefes de las fracciones parlamentarias, luego de negociar a lo interno de sus respectivas bancadas, decidieron sostener una reunión de negociación entre ellos de forma virtual.

Carlos Avendaño, diputado de Restauración que ha sido legislador tres veces, reconoce que “hay un proceso de adaptación” para legisladores como él, de 64 años.

“Uno está bien programado y acostumbrado a la reunión presencial, donde hay una dinámica para interactuar, para solicitarle la palabra a quien está dirigiendo la reunión”, dijo el restauracionista.

Aseguró que, en el caso de las teleconferencias, las reuniones virtuales son más dinámicas. Sin embargo, también señaló que no es fácil tener un panorama amplio de la negociación en esas citas virtuales.

“En cierto momento, no sentís toda la perspectiva que necesitás tener de una reunión presencial, pero es lo que las circunstancias obligan y, ni más ni menos, el uso que nos permite la tecnología en este momento”, indicó Avendaño.

El restauracionista apuntó que hacer reuniones por videollamada facilita porque no hay que trasladarse.

El liberacionista Luis Fernando Chacón (61 años) también considera que la forma de negociar ha sido novedosa. “Para los que tenemos más edad nos ha obligado a irnos alineando con las herramientas que nos permite la telefonía móvil y otras plataformas”, dijo.

Agregó que a él lo han ayudado tanto sus hijos como la gente más joven de la fracción del PLN, “más ducha en los temas de plataformas virtuales”.

“También debe estarlo haciendo toda la población costarricense, que está viendo en esta situación del país una gran oportunidad para reinventarnos, reiniciar el chip y ver que tenemos que echarle mano a otras herramientas que están ahí y no las usamos”, apuntó.

Tiempo de adaptación

Para María Inés Solís, la jefa del PUSC, de 36 años, lo que les ha tocado hacer a los diputados es adaptarse a lo que la emergencia les deja como posibilidad.

“Lo se la semana pasada fue muy riesgoso, pasamos mucho tiempo juntos, en el plenario, se hicieron reuniones en lugares muy pequeños, con muchas personas dentro. Estas son las medidas correctas, toda adaptarse”, dijo Solís.

Añadió que, efectivamente, hay congresistas a los que, por razones de edad, les cuesta un poco más adaptarse a esos mecanismos, pero dijo que todo el mundo está teniendo la disposición.

Eso sí, ella augura que no será tan fácil ponerse de acuerdo por las vías virtuales para los proyectos que vienen en adelante, como sí resultó para los planes de los últimos días.

“En adelante vienen proyectos más complicados, que requieren más análisis y rigurosidad. No estoy segura de que se pueda lograr el mismo ritmo y velocidad de los acuerdos que se logró anteriormente”, indicó la socialcristiana.

La liberacionista Karine Niño, de 39 años, considera que estos mecanismos obligan a los diputados a estar más tiempo conectados y enfocados en el teléfono, para no perderse ninguna discusión ni negociación, por haber estado en otra cosa.

Ella considera que un error por subsanar es el de definir horas específicas para hacer las conversaciones, por ejemplo en el caso del PLN, cuyos debates se han dado principalmente en Whatsapp.

“Etapas como esta nos obligan a buscar nuevas formas de trabajo, sacar lo mejor de cada uno, innovar y apoyar al resto de diputados para que se involucren en nuevas formas de seguir trabajando”, dijo.

Niño dijo que hay gente que le rehúye a la tecnología “por miedo, simplemente”. La diputada explicó que, en el caso de su despacho, han sostenido reuniones por esa vía y están aprovechando para ordenar el trabajo de la oficina y de sus asesores.

El funcionamiento de las negociaciones y el resultado que hubo en las votaciones del plenario llevaron al presidente, Carlos Ricardo Benavides, a agradecer a los diputados al finalizar la sesión del plenario en el Museo de los Niños.

“Es un ejercicio intenso que se ha estado haciendo, para legislar sin comisiones y sin los plazos ni mociones que son normales en este parlamento, llegando a acuerdos para construir los proyectos de ley que necesitan los y las costarricenses en este momento de emergencia”, dijo.

“Las situaciones extraordinarias requieren medidas extraordinarias y actitudes extraordinarias”, concluyó.

El proceso de digitalización en la Asamblea ha ido avanzando poco a poco. Años atrás, se decidió repartir el borrador de las actas de los diferentes órganos por correo electrónico y no más de forma impresa.

También es obligatorio que, al presentar un proyecto de ley, se deba presentar una copia digital de la propuesta. Donde aún existen procesos en papel es en la presentación de mociones, que muchas veces son papeles firmados físicamente, escaneados y convertidos en formato PDF.