Sin importar la hora del día, una plaga de ratas se pasea por puentes, aceras y áreas recreativas del parque Okayama, en San Francisco de Dos Ríos, San José.
La Comisión de Vecinos de Seguridad Ciudadana de este distrito josefino hizo la denuncia en octubre del 2013, sin que la Municipalidad de San José o la oficina regional del Ministerio de Salud hayan dado solución al problema.
“Los vecinos estamos muy preocupados porque aunque hablamos con los jerarcas de las instituciones, hacen caso omiso. Esta plaga va creciendo sin que haya solución efectiva”, dijo Eduardo Valerín, vocero de la comisión vecinal.
El encargado del Mantenimiento de Parques de la Municipalidad de San José, Alexander Cortés, reconoció que saben del problema desde el año pasado, pero dijo que no hay fondos para frenar la amenaza sanitaria.
“No hay presupuesto para comprar veneno. En ese parque hay madrigueras de ratas y hay que intervenir la zona, pero no sabemos cuándo porque no hay dinero”, puntualizó Cortés.
Cuando se le consultó al funcionario sobre el monto y plazo estimado por el Ayuntamiento para atender la situación, declinó referirse a esos temas.
Riesgo. En un sondeo realizado por La Nación, los vecinos confirman que hay roedores a toda hora. Incluso dicen que hay visitantes que llegan al parque y aprovechan para sacar fotos con sus celulares.
“La cantidad nos asusta; estamos desesperados porque nos den una respuesta. Me preocupa que una rata vaya a morder a un niño, con los riesgos de salud que eso implica”, agregó Valerín.
La directora del Área Rectora de Salud Sureste Metropolitana, María Antonieta Acuña, indicó que podría calificar la situación como problema de salud pública. Agregó que no es responsabilidad de su institución acabar con las ratas.
“Nosotros giramos una orden sanitaria a la Municipalidad de San José porque el problema de las ratas podía tener origen en la basura acumulada en el parque.
“La Municipalidad mejoró la recolección. Nosotros no somos los responsables de exterminar la plaga. Eso es responsabilidad de Senasa”, dijo la doctora Acuña.
El director de la Región Central Metropolitana del Servicio Nacional de Salud Animal (Senasa), Allan Sánchez, negó que su institución tenga competencia para atender el problema sanitario del parque Okayama.
“Según la Ley de Protección Fitosanitaria, le corresponde al Ministerio de Salud girar las órdenes sanitarias a la Municipalidad del cantón para que este último lleve a cabo el control de las plagas y, así, evitar el riesgo a la salud pública por alguna enfermedad que puedan transmitir los roedores”, aseguró Sánchez.
El criadero de ratas se alimenta del maíz, frutas y boronas que los visitantes del parque echan a los patos del lago y a las palomas.
“Los vecinos no tenemos por qué soportar una plaga de ratas. Este problema es un reflejo de cómo están de mal las instituciones del país”, concluyó Valerín.
Pese a que las autoridades conocen del problema, ninguna ofrece una solución a corto plazo.