A sus cuatro años, el pequeño Santiago Monge dirigió por primera vez a su yunta de bueyes en el tradicional desfile de boyeros de San José, que celebró su edición XXII la mañana de este domingo.
Como todo un experto, Santiago, vecino de Llano Grande Cartago, condujo a ’Los Mellizos’, dos bueyes raza Gyr Lechero con Brahman color negro, que respondieron con un gran respeto a la guía de este pequeño y talentoso boyero.
Según contó su abuelo, Gerardo Monge, su nieto lleva esta pasión y tradición familiar desde muy pequeño.
“Ya sabemos que a él le encanta esto. Por eso ya anda con su cuchillo, sus sombrero y sus botas. Todos los días va al campo conmigo a llamarme los bueyes. Ya desde pequeñito sabe cómo tratar a los animales”, aseguró el orgulloso don Gerardo, quien recordó que también su abuelo le impregnó esta tradición familiar.
Al igual que los Monge, decenas de familias, provenientes de diversas regiones del país, tomaron el Paseo Colón con sus coloridas carretas e imponentes ejemplares. El desfile de boyeros estuvo acompañado por cimarronas, mascaradas y grupos de bailes folclóricos.
Los boyeros le dieron vida al arte de pintar y engalanar la carreta típica, que forma parte del Patrimonio Cultural de la Humanidad, según lo declaró la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (Unesco), en el 2005.
Los espectadores destacaron el orden de la actividad y algunos, hasta recordaron su época de niñez.
“El ganado, los boyeros, la pintura de las carretas, todo es muy típico, muy bonito. Además, nos criamos en el campo entre ganado y a uno ya mayor le llaman la atención los animales”, dijo Margarita Alfaro, vecina de Alajuelita que asistió por tercera ocasión a la actividad.
Como cada año, los hermanos Marylin y Rodrigo Sandí llegaron con gran entusiasmo desde Bebedero de Escazú, a participar en el desfile de boyeros.
“Mi papá me enseñó a traer el ganado, jalarlo y todo. Mis abuelos también tienen esta costumbre y yo disfruto mucho esta actividad”, dijo la joven de 13 años.
El padre de estos niños, Rodrigo Sandí, asegura estar orgulloso por poder heredarle esta costumbre a sus hijos.
“Desde que yo estaba chiquitillo venía aquí y ahora queda pasarle la tradición a ellos, para que no se pierdan los valores”, dijo Sandí.
En 1997 se realizó el primer desfile de boyeros. Esta actividad nació como una manifestación de la cultura campesina, para así recordar los orígenes de la nación, mostrar el orgullo de estos artesanos por su oficio y fomentar el encuentro con los costarricenses.
Este año, la actividad rindió homenaje a María Cecilia Nuñéz, Arelis María Valverde e Isabel Yarith Brenes, mujeres boyeras que fueron seleccionadas por la Asociación Boyera Costarricense por su dedicación y trayectoria en la utilización de la carreta y preservar el boyeo como tradición familiar.
La ’Entrada de los Santos y Desfile de Boyeros’ a San José, marca el inicio de las fiestas de fin y principio de año en la capital.