Parejas gais esperan que en un año se defina futuro de unión civil

Nuevo portillo legal reconocería equidad de derechos para los homosexuales

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“Una pareja homosexual no es sinónimo de una vida en libertinaje. Tenemos la capacidad de formar una familia con principios y valores porque también llevamos una vida ordenada”, expresó Fiorella Bruno, activista gay.

Ella y su pareja, Ana Cristina (pidió que no se publicara el apellido), llevan 10 años de convivir. Juntas crían a su hijo, Luca, de 6 años. Este jueves presentaron la petición para que se reconozca su unión civil en los juzgados de familia.

De acuerdo con el abogado Marco Castillo, el fallo de los jueces podría tardar hasta un año. Sin embargo, el tiempo no es un factor que preocupe a las seis parejas que ayer, basadas en la modificación de la Ley de la Persona Joven, pidieron ese reconocimiento legal.

“Ya llevamos muchos años de estar invisibilizados. Es una lucha y este portillo legal no viene a pedir matrimonio, sino derechos civiles como los tiene una pareja heterosexual”, expresó Alberto González, quien lleva siete años de convivir con Lorenzo Serrano.

El nuevo portillo que abre esta lucha es la aprobación de una reforma a la Ley de la Persona Joven, que permitiría las uniones de hecho. Estas constituyen, de forma pública y estable, la aptitud legal para contraer matrimonio.

Apoyo. Para realizar el proceso, las parejas tuvieron que presentar su constancia de estado civil, certificación de nacimiento y cuatro testigos que den fe de que la pareja lleva más de tres años de convivir.

En un escenario de respeto y sin ánimos de exhibicionismo, las parejas reconocieron este jueves que han recibido el apoyo de familiares, amigos y compañeros de trabajo.

“Cuando le contamos a nuestro hijo que veníamos para esto, se molestó muchísimo y nos dijo: ‘¿Para qué eso, si ya somos una familia?’ El concepto de familia tradicional ha cambiado y las muestras de apoyo hacia nosotros han sido muy importantes”, narró Ana Cristina.

Contrario a esa motivación que los mantiene en la lucha, critican la homofobia que expresa la Iglesia católica en sus declaraciones.

“ Espero que el nuevo arzobispo esté dispuesto a escuchar antes de juzgar. Más que nunca, la Iglesia católica nos da la espalda e irrespeta. En lugar de unir, lo que hace es desmotivar y separar a la gente”, manifestó Fiorella Bruno.

El obispo y presidente de la Conferencia Episcopal, el sacerdote Óscar Fernández, manifestó en un texto de dos páginas su desaprobación a las uniones de hecho.

“La Iglesia respeta a las personas homosexuales, pero ese respeto no puede, en modo alguno, llevar a la aprobación del comportamiento homosexual ni a la legalización de las uniones homosexuales”, expresó el obispo Fernández.

Para las parejas gais, las amarras de la homofobia se evidencian en instituciones públicas, en los insultos que lanzan algunos en la calle e incluso en el seno de algunas familias que se oponen con discriminación al tema.

“Nosotros no pedimos ni más ni menos derechos”, dijo González.