Matemática sepulta agüizotes para ‘pegar’ el gordo navideño

Probabilidad de acertar es de 1 en 100.000 y es igual para todo número

Este artículo es exclusivo para suscriptores (3)

Suscríbase para disfrutar de forma ilimitada de contenido exclusivo y confiable.

Subscribe

Ingrese a su cuenta para continuar disfrutando de nuestro contenido


Este artículo es exclusivo para suscriptores (2)

Suscríbase para disfrutar de forma ilimitada de contenido exclusivo y confiable.

Subscribe

Este artículo es exclusivo para suscriptores (1)

Suscríbase para disfrutar de forma ilimitada de contenido exclusivo y confiable.

Subscribe

Se engaña quien juega a la lotería navideña basado en agüizotes como señales en sueños o elegir números “bajos” .

La teoría de la probabilidad, esa usada extensamente en áreas como la Estadística, la Física, la Matemática y las Ciencias, derriba cualquier amuleto popular para atraer la suerte.

La probabilidad matemática de acertar el premio mayor con número y serie es igual para todos los números participantes: 1 en 100.000; algo así como introducir la mano a un saco de lentejas y sacar el único garbanzo puesto allí.

Quien compra un entero, tiene la misma oportunidad de quien pagó un billete suelto. Además, al margen de las supersticiones populares, tampoco hay forma científica de descubrir tendencias de números que salgan más u otros que salgan menos. Es puro azar.

Eso concluyen expertos en probabilidad, consultados por este diario. Ellos son Edwin Chaves Esquivel y Giovanni Sanabria Brenes.

Chaves es catedrático de la Universidad Nacional (UNA), doctor en Educación de la Universidad Estatal a Distancia, máster en Estadística por la Universidad de Costa Rica, y licenciado en Enseñanza de la Matemática por la UNA.

Sanabria tiene una maestría en Didáctica de la Matemática y es profesor de Estadística y Probabilidad en el Instituto Tecnológico de Costa Rica (ITCR). Ha publicado escritos sobre ambos campos.

“La creencia popular de que si un número salió antes y por ello no debe jugarse, carece de sentido. Desde el punto de vista probabilístico, es absurdo”, anotó Chaves.

Su conclusión se basa en la Ley de Probabilidades Independientes, la cual postula que cada sorteo es único y en similares condiciones.

“Hay algo que en probabilidad se llama ‘falacia del jugador’. Si el año pasado ganó el 59, digamos, la falacia aparece si alguien descarta comprarlo este año porque ya ganó el anterior. Lo mismo quienes creen que si en 20 años no ha salido el “43”, consideran que saldrá pronto”, sentenció Sanabria.

Son cinco dígitos, no dos. Ambos recordaron, de paso, el error en que incurren los jugadores que compran sus billetes buscando números “bajos” (aquellos debajo de 50).

El billete que acierta el premio mayor se compone de cinco dígitos: dos del número y tres de la serie. El número “bajo” o “alto” es solo una parte. Por eso la probabilidad de acertar es 1 en 100.000, ya que participan todas las posibles combinaciones entre “00 000” y “99 999”.

“Los sorteos de lotería están bien diseñados, pensados y promocionados porque, sin decir mentiras, psicológicamente juegan con la cultura y creencias alrededor de dos dígitos, aunque, en realidad, se participa con un número de cinco dígitos”, afirmó Chaves.