Luis Rosero, investigador: ‘Costa Rica no sacó todo el provecho al bono demográfico’

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¿Cuándo comenzó Costa Rica a tener bono demográfico?

Se inició en la década de los 70 y llega a su cúspide en los 80, como en el 85. Ha declinado un poco y a partir del 2010 está en franco descenso y eso –el bono– se terminará en el año 2022.

¿Cómo entender mejor el término bono demográfico?

Uso el símil de la familia: cuando se dejan de tener hijos y los pocos que tienen ya comienzan a trabajar, hay más perceptores de ingresos y menos dependientes. Algo similar ocurre con el bono demográfico. Se puede invertir más en el futuro, en capital físico y humano.

“Es como una ventana de oportunidad que el país debe aprovechar, pero lamentablemente eso va cambiando”.

¿Sacó Costa Rica provecho de ese bono?

Yo diría que el país no le sacó todo el provecho que pudo, pero sí en algunos campos. Lo más sabio que se pudo haber hecho era invertir en capital humano, pero eso se descuidó hasta hace diez años, cuando sí se invirtió.

¿Cuáles son las mejores alternativas para aprovecharlo cuanto antes?

Insistir en invertir en capital humano. En ese sentido, la reforma constitucional de elevar al 8% la inversión del Producto Interno Bruto para la educación es sabia, pero todavía no se ha llegado a eso. Por otra parte, evitar que el antibono tenga un impacto demasiado negativo, y para eso está todo lo que tiene que ver con las reformas de las pensiones, las tributarias, etc.

¿Cuál es el cambio más urgente para el país?

Las políticas fiscales son lo primero que se debería cambiar.

¿Qué pasaría si se llega al 2022 y no hay cambios?

Eso del 2022 es un promedio, el bono demográfico tiene un componente familiar y uno fiscal. Hasta el 2050 las familias sacarán provecho de ese bono, pero en cuanto al bono fiscal, este se termina este año.

¿Ve usted voluntad política o del Estado en sí para tomar acciones?

Hay que tomar medidas para eso. Lo más fácil es no hacer nada y entonces se van a deteriorar los servicios. En las pensiones llegará un momento en que la Caja dejará de pagar las pensiones. Lo peor es no hacer nada.

En pensiones, ¿usted también es del criterio de aumentar la edad de jubilación?

Sí. Costa Rica tiene un gran número de pensionados "juveniles" (gente que se pensiona antes de los 60 años), y también que se han concedido muy alegremente pensiones por invalidez.

¿Qué otras acciones se podrían tomar para pensiones?

En otros países la edad de retiro ya se acerca a los 70 años, y en países más inteligentes se mide según la esperanza de vida.“Otra política importante puede ser la de modificar quiénes son los que pagan los tributos. Actualmente los dueños de la riqueza son personas de edad avanzada y son los que menos pagan impuestos. Eso tiene que cambiar, si se hace de manera sabía, el envejecimiento de la población puede ser favorable.

¿Qué se vislumbra para el segundo bono demográfico?

Eso es muy importante: el hecho de quiénes son los dueños del capital y de la riqueza van a tener cierta edad y en la medida en que la población envejezca aumentará y es bueno que aumente también el capital por habitante. Una forma de ver esto es lo que ha ocurrido con las pensiones complementarias, que son capitales que estarán en manos de personas de edad avanzada. Si eso lo aprovecha el país, puede ser un motor de desarrollo.

¿Considera usted que el país ha realizado algo positivo en los últimos años para aprovechar el bono demográfico?

En parte sí. Una de las pocas acciones vigorosas ha sido lo de las pensiones complementarias (que nacieron con la Ley de Protección al Trabajador). Eso es casi tan importante como las reformas de los años 40.

¿Cuál ha sido el mayor error del país en este tema?

Lo más perverso fue el haber descuidado la educación en los años 80. No solo no se invirtió, sino que desinvirtió y de allí que se hable tanto de la generación perdida: muchos adultos (mayores de 40 años) sin estudios.