Lucha en silencio con la ansiedad

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Son nueve en total. Ninguno de ellos sabe, con certeza, si mañana le tocará sacar de una tómbola el premio mayor del gordo navideño, pues la Junta de Protección Social (JPS) asigna los cantadores del sorteo más importante del año pocos minutos antes de las 6 p. m.

Por eso, la ansiedad que soportan estos funcionarios es quizá mayor que la experimentada por los jugadores.

A pesar de la experiencia, no pueden ocultar el brillo en sus ojos al imaginar el momento en el que se anuncia el mayor.

Ese es el caso de José Alberto Pérez, quien tiene más de una década de cantar la lotería.

“Es una emoción muy grande, en especial por la alegría que usted va a llevar a una familia o a una persona”, expresó Pérez.

Don José deja escapar una risa al recordar la gente que lo reconoce en la calle y le frota las fracciones en el cuerpo.

“La gente piensa que uno tiene la suerte”, añadió.

“Una vez, en un taxi, un señor me preguntó si yo era el que cantaba lotería, y al decirle que sí, sacó los números que llevaba y me los pasó por la espalda”, narró Jorge Rivera, otro de los cantadores.

Mileidy Jiménez, la más experimentada del grupo, asegura que las personas que la conoce le hacen listas de números o bromean en la calle con ella pidiéndole ayuda.

En los sorteos, solo participan tres de los nueve.

Entre las reglas que deben seguir, están: mantener la voz serena, evitar gestos marcados y expresiones de alegría.