Luis Guillermo Solís: 'Me daría un 75' en infraestructura vial

El mandatario afirmó que los beneficiarios de las obras reconocen su trabajo, contrario a la desacreditación que hacen políticos opositores.

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En un ejercicio de autoevaluación, el presidente Luis Guillermo Solís se puso un 75 en materia de construcción de carreteras.

De esta calificación habló la semana pasada durante una breve entrevista que dio a La Nación en compañía de sus ministros de Obras Públicas y Transportes, Germán Valverde, y de Comunicación, Mauricio Herrera.

No obstante, aclara, dar un nota es difícil, pues corre el riesgo de dejar por fuera de su evaluación obras menores que se hicieron, pero que no están tan presentes en la mente de las personas.

Así respondió el mandatario.

– Si tuviera que darse una calificación en la construcción de infraestructura vial, ¿cuál sería?

– Yo le daría la calificación que, en general, refleja la conclusión de obras, entendiendo que, en infraestructura, las obras difícilmente pueden resolverse como se resuelven en otros campos. Yo creo que hemos hecho un trabajo de alrededor de un 75.

"Ahora, vea lo complicado que es decir eso (un 75), porque ¿cuánto vale realmente y simbólicamente el puente Alfredo González Flores (la platina) por la cantidad de carros que pasan por ahí?

”¿Cuánto vale la ruta 257 (acceso a megapuerto de Moín), que, gracias a esa vía, nos ganamos los $1.000 millones en bonos para nuestros exportadores? ¿Cuánto vale Limonal-Cañas? Esa nos queda sin hacer, pero ya está diseñada y está en proceso de adjudicación. Ese proyecto le da continuidad a la carretera más importante de la zona norte.

"Es complicado... Dar un número absoluto de satisfacción no le permite a uno entender la importancia estratégica de algunas obras.

– Pero si tuviera que darse una calificación...

– Yo me daría como un 75, pero en algunos casos podría ser mucho más porque, incluso, esas carreteras son esenciales.

"Les voy a contar el cuento de una comunidad; se llama El Caobo, está a 20 kilómetros (km) del parque de La Cruz, a 2 km de la frontera con Nicaragua. No tenían camino, no entraban los buses, tenían agua y luz, pero no tenían camino.

"Ahí hay una asociación de señoras que produce pan y respostería, y tenían que sacar los productos en bicicleta o moto; ahora tienen camino y entra el bus. Solo eso vale el 100% del trabajo del Gobierno".

– Hay una crítica recurrente de la oposición y la opinión pública en el sentido de que usted y su equipo solo han sacado adelante obras que tenían encaminadas gobiernos anteriores. ¿Considera injustas esas valoraciones?

– No, los beneficiarios de esas obras lo entienden perfectamente; los que son unos mezquinos son los politiqueros y los políticos como yo, que somos incapaces de reconocer las cosas, pero los beneficiarios sí reconocen, es cuestión de ir a preguntar a una comunidad.

"Lo que no se entiende a veces –y eso sí es importante decirlo– es que la obra pública vial, de salud o educación no se termina, por lo general, muy rápido, por eso tiene tanto sentido pedir la presupuestación plurianual".

– El país firmó, entre el 2009 y el 2014, seis créditos internacionales para carreteras, por $1.598 millones; en los últimos cuatro años lograron finalizar la ejecución de tres de esos empréstitos. ¿Por qué le cuesta tanto al Estado emplear esos recursos?

– Por varias razones: uno, el marco legal, esa capacidad que tiene cualquier constructora de meterle un recurso a cualquier licitación en cualquier etapa del proceso (...); número dos, la incapacidad que ha habido en algunos casos, porque desmantelamos, a lo largo de muchos años, el Ministerio de Obras Públicas y Transportes (MOPT), y tres: tenemos problemas de gestión muy serios.

"Vea, estamos haciendo de tripas chorizo construyendo tres rutas con equipo del MOPT que apenas da; estamos haciendo la denominada "ruta de la leche", en Guanacaste (rutas Piave - Corralillo - San Lázaro y Pozo de Agua - Puerto Humo – Tempisque), la intersección del aeropuerto (Juan Santamaría, en Alajuela) y una carretera entre playa Garza y Nosara.

"También creo que hay una cuarta razón y esa es la corrupción, y creo que eso no lo ha controlado ni siquiera la Contraloría General de la República (...). Los que tenemos la culpa, al final de cuentas, somos los que gobernamos".

– ¿Fue un error apostar por UNOPS (agencia de Naciones Unidas) para varias obras viales importantes?

– Bueno..., no sé, tal vez el ministro del MOPT (Germán Valverde) pueda opinar con mayor propiedad.

Germán Valverde: "Me parece que muchos de esos factores que impiden que la obra pública se haga rápido los tiene cualquier figura de ejecución (...). Creo que de no haber contratado a UNOPS, el Conavi (Consejo Nacional de Vialidad) no hubiera tenido capacidad de ir ejecutando en paralelo esas obras".