Así fue la última inauguración de Carlos Alvarado y Rodolfo Méndez

Hace cinco meses, el presidente y el ministro coincidieron en el proyecto en la Bandera, donde fueron abucheados por los escándalos de corrupción. Este lunes, hubo aplausos, pitazos y varios ‘gracias’

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Una convocatoria para las 7 de la noche con la temporada lluviosa ya instalada, no parecía muy acertado para la que sería la última inauguración de un gobierno que en sus primeros dos años fue aplaudido por el empuje a las obras viales, pero no tanto en los últimos meses.

No en vano, el primer decreto firmado el 8 de mayo del 2018, estaba dirigido a “atacar” las presas en la Gran Área Metropolitana mediante los llamados ‘topics’. Fue precisamente recordando esa primera directriz que el ministro Rodolfo Méndez Mata inició un emotivo discurso la noche de este lunes, que terminó conmoviendo al mismo presidente Carlos Alvarado, poco antes de dar por inaugurada la última obra vial de su larga carrera en la función pública.

El acto protocolario para poner en servicio del nuevo viaducto de La Bandera, en San Pedro de Montes de Oca, se programó para realizarse precisamente frente al monumento de ese símbolo patrio, sin embargo la lluvia no dio tregua y fue desde el túnel del nuevo viaducto se entonó el himno nacional, luego de que los encargados anunciaran que en la parte superior, la guardia de honor ya había izado la bandera. Luego pasaron a los discursos de rigor, protegidos del aguacero por toneladas de concreto.

“El 8 de mayo del 2018, pocos minutos después de asumir el cargo, él (Carlos Alvarado) firmó una directriz, yo lo acompañé en esa firma y esa directriz proponía lo que el país ha visto que se ha hecho en esta administración, en este sector de los transportes para mejorar la movilidad ciudadana y de la producción nacional (...) En lo personal yo quisiera expresar un sentimiento que no quiero equivocar, porque me siento sumamente complacido que este acto, la última inauguración de la que participe después de que inicié mi larga carrera de servicio público, hace más de 60 años, se realice aquí, en la rotonda de la Bandera; porque para mí la bandera significa mi compromiso con nuestro pueblo, con mi afán de servir con el único propósito de beneficiar a los costarricenses, simboliza mi respeto y lealtad de servir con todo mi empeño como lo he hecho toda mi vida, a esta patria nuestra”, manifestó Méndez Mata.

Tras su intervención, el jerarca y el presidente se fundieron en un abrazo que parecía más de padre a hijo, mientras el gabinete en pleno aplaudió de pie durante varios segundos a uno de los pocos jerarcas que completó los cuatro años de la actual Administración. Seguidamente, el presidente dio la orden que todos esperaban.

-Delta uno, aquí doble cero, por favor avanzar con la apertura de la rotonda de la Bandera.

- Copiado señor.

Inmediatamente, las sirenas de los motorizados de la Policía de Tránsito y el cuerpo de Bomberos retumbaron a lo largo del túnel de 500 metros, para atravesar así por primera vez los dos carriles del sentido San Pedro-Guadalupe, mientras que en el sentido contrario, trabajadores, funcionarios y ministros se ubicaban junto a las barreras new jersey para saludar, hacer videos y ver pasar los primeros vehículos.

Contrario a lo que ocurrió durante la última visita del presidente y el ministro a ese mismo proyecto, en noviembre del año pasado, esta vez no hubo abucheos, improperios ni reclamos hacia los jerarcas. Los conductores que estrenaron el viaducto se contagiaron de la celebración y atravesaron dicho túnel en medio de pitoretas, agitando banderas, mascotas asomadas por las ventanas y por supuesto con sus celulares grabando. Hasta un par de “gracias presidente” y varios que bajaron la velocidad para saludar .

Finalizado el acto, trabajadores de la empresa a cargo de la construcción y delegaciones invitadas no desaprovecharon la oportunidad para tomarse fotografías con el ministro Méndez.

La lluvia también fue la causante de que los posibles juegos de pólvora, que se esperaban para cerrar el acto, de un modo similar a lo que ocurrió cuando se puso en servicio el paso de la que ahora es conocida como la rotonda del Bicentenario, quedaran guardados. Sin embargo, cerca de las 9 p. m. el agua finalmente mermó y la Bandera de Costa Rica volvió a ondear en uno de los lugares insignes de la capital.