Aparecen intactas secciones de refinería que Recope dijo haber desmantelado

Estructuras fueron descubiertas durante gira de campo de Intendencia de Energía a instalaciones de Refinadora. Autoridad revisará el lunes informe detallado para valorar acciones

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Estructuras de la antigua planta de la Refinadora Costarricense de Petróleo (Recope) en Moín, Limón, permanecen armadas y en pie, pese a que desde diciembre la empresa aseguró haberlas desmantelado. Así lo comprobó este viernes personal de la Autoridad Reguladora de los Servicios Públicos (Aresep).

Funcionarios de la Intendencia de Energía de Aresep visitaron la propiedad de Recope con el propósito de reconocer las condiciones de operación ante una eventual introducción de etanol en las gasolinas, proyecto que impulsa el Gobierno.

Durante la visita, los funcionarios descubrieron intacta parte de las viejas instalaciones, por lo cual procedieron a registrar el hallazgo y notificarlo.

Consultado al respecto, el intendente Mario Mora indicó que el lunes 9 de octubre espera recibir el informe completo de la gira de campo, incluido ese descubrimiento, para valorar posibles escenarios, desde solicitar explicaciones a Recope hasta algún tipo de investigación más formal.

El 22 de diciembre del 2022, en un comunicado de Recope, se informó que “las labores de desmantelamiento de la antigua refinería, ubicada en la terminal de Moín, en Limón, culminaron esta semana, luego de que en el pasado mes de junio, Juan Manuel Quesada, presidente de Recope, girara la orden de iniciar los trabajos de desarme de la vieja estructura”.

En ese comunicado, Quesada decía: “Hemos cumplido con desmantelar la antigua refinería; una decisión conveniente para la Empresa, el país, nuestros trabajadores y para nuestra operación. A pesar de la resistencia, con ello dejamos atrás el fantasma de la refinería que no refina”.

Añadió que “para esta decisión se consideraron los riesgos de accidentes y eventual colapso de la infraestructura, debido al mal estado en que se encontraba”.

En diciembre, la Refinadora dijo haber rescatado un horno de crudo, una torre de destilación y una caldera que, si bien son equipos en buen estado, no podía reutilizar. Según indicó en aquel entonces, tanto la maquinaria en buen estado como la chatarra extraída serían llevadas a remate.

La tarde de este viernes, La Nación preguntó a Recope a qué se debía la permanencia de esas estructuras, cuánto obtuvo por la venta de los equipos y la chatarra. También se le consultó cuándo prevé trasladar a rebajas para los usuarios, el dinero logrado con el remate, pues así lo había publicitado en dos comunicados de prensa.

“Hemos estado en el proceso de inventariar lo desmantelado para poder iniciar el proceso de remate, el cual se llevará a cabo en estricto apego a lo establecido en la Ley de Contratación Pública”, fue la única respuesta de la entidad.

Compensación en tarifas

El inicio de las labores para retirar los restos de la vieja refinería fue comunicado por Recope el 27 de junio de 2022. La idea era descubrir equipos en buen estado que la institución pudiera reutilizar, como bombas, compresores, válvulas, turbinas, recipientes y motores.

Del mismo modo, se buscaba sacar materiales en buen estado y también la chatarra para ponerlos a la venta. Según informó entonces la empresa, los ingresos se trasladarían a los usuarios “mediante una compensación (rebaja) en las tarifas de los combustibles”.

El 22 de diciembre anterior, Recope emitió otro comunicado en el cual dio por concluido el desmantelamiento de estructuras.

Citado en esa nota de prensa, Juan Manuel Quesada, presidente de Recope, indicó: “Hemos cumplido con desmantelar la antigua refinería; una decisión conveniente para la empresa, el país, nuestros trabajadores y para nuestra operación. A pesar de la resistencia, con ello dejamos atrás el fantasma de la refinería que no refina”.

No obstante, al cabo de nueve meses desde esa declaración, la estructura sigue allí, mientras que Recope no solicitó ni el año pasado ni este, ajustes ordinarios a la Aresep para traducir en rebajas los presuntos beneficios del proceso de desmantelamiento.

Por metodología tarifaria, la entidad puede pedir un ajuste ordinario anual a la Autoridad para costear sus gastos administrativos, inversiones, pago de convención colectiva a sus empleados.