Iglesia permite a hombres laicos oficiar bodas y bautizos

Son padres de familia que ayudarán a los sacerdotes, pero no podrán confesar

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La arquidiócesis de San José ordenó ayer a sus primeros 19 varones casados y padres de familia como diáconos permanentes para que ayuden a los sacerdotes a casar parejas y bautizar niños.

La ceremonia de ordenación fue oficiada por monseñor José Rafael Quirós en la catedral metropolitana, en San José, y congregó a las familias de los nuevos diáconos.

Desde 1962, la Iglesia católica permite a los varones casados convertirse en diáconos permanentes. Así, países como Argentina cuentan con 700 personas nombradas bajo esta figura; Colombia tiene 300, y México, 860.

Este tipo de ordenación tampoco es ajena a Costa Rica. Las diócesis de Tilarán y San Isidro de El General ya cuentan con diáconos.

En el 2009, la arquidiócesis de San José se sumó a la iniciativa y dio la oportunidad a sus laicos .

Para ello, los aspirantes debían ser mayores de 35 años, tener 10 años de matrimonio y contar con el consentimiento escrito de sus esposas e hijos mayores de 18 años.

Durante cinco años, los aspirantes se formaron académicamente y recibieron guía espiritual en preparación para sus nuevas funciones. Si bien unos 100 empezaron el proceso, solo 19 lo concluyeron.

“El diaconado permanente responde a una necesidad del pueblo de Dios. En el libro de Hechos se habla de la decisión de los 12 apóstoles de ordenar a los primeros siete diáconos de la Iglesia, entre ellos estaban Esteban y Felipe”, manifestó Quirós durante la homilía.

Posteriormente, Quirós explicó a La Nación que el diaconado fortalecerá la predicación de la Palabra y la atención de muchos fieles a los que no se puede llegar con la pastoral ordinaria, dada la escasez de sacerdotes en el país.

Según el arzobispo de San José, lo conveniente es nombrar a los diáconos permanentes en las parroquias de donde proceden, por cuanto continúan siendo esposos y padres; igualmente se desempeñan en su profesión u oficio.

En pro de la familia. Si bien el diaconado es el paso previo al presbiterado, según la jerarquía de la Iglesia católica, estos 19 varones no serán sacerdotes, pero sí sus ayudantes.

Así, los presbíteros podrán delegar funciones como bautizar, casar, predicar, dar la bendición y la comunión, pero no pueden oficiar misa, consagrar la hostia, confesar o confirmar.

“La tarea principal la van a tener en las diaconías ambientales como la rural, la universitaria y la atención a jóvenes en riesgo. En lo que se refiere a la administración de sacramentos y el ejercicio dentro de la parroquia, se dará cuando sea oportuno”, dijo Quirós.

Para Gustavo Barrantes, recién ordenado como diácono, su experiencia como esposo y padre será útil para ayudar a otras familias.

“Este es un llamado a un hombre que está casado, que viene acompañado por una esposa y unos hijos. Es un llamado que hace la Iglesia a toda una familia para así dar un testimonio de vida”, agregó Jorge Duarte, quien también fue ordenado ayer como diácono.

Es más, sus esposas participaron en el proceso de formación para la diaconía y, en compañía de un presbítero, ellas fueron las que colocaron la estola y dalmática a sus maridos durante la ceremonia.

¿Llegará el día que la Iglesia ordene a mujeres como diáconos permanentes? “El Señor va suscitando los diversos ministerios; así lo manifiesta Él y en el tiempo de Dios”, respondió Quirós.

Asimismo, el arzobispo josefino agregó: “Como lo ha manifestado el santo padre Francisco, debemos seguir resaltando la importancia de la presencia de la mujer dentro de la Iglesia porque desempeña un papel importantísimo dentro de las tareas de evangelización que se le exigen a todo cristiano”.