Iglesia alerta sobre debilidad del matrimonio y crisis en la familia

Cada vez menos parejas optan por formalizar su unión bajo doctrina católica

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Los matrimonios con altar, vestido blanco y sacerdote perdieron fuerza en Costa Rica. También cambió el retrato familiar compuesto por mamá, papá e hijos.

De esa realidad están conscientes los sacerdotes de la Iglesia católica en Costa Rica. Ellos preparan un diagnóstico sobre la variopinta realidad de la familia costarricense, en respuesta a un cuestionario que les remitió el papa Francisco.

La Comisión Nacional de Pastoral Familiar, presidida por el obispo de Cartago, monseñor José Francisco Ulloa, diagnostica las causas del debilitamiento del matrimonio y la crisis de valores.

El Censo 2011 reveló que de 25.013 matrimonios, solo 7.154 (28,6%) fueron por la Iglesia; el 71,3% restante fueron civiles.

“Se está perdiendo el sentido de lo espiritual y todo va en dirección del dinero y el consumo. Con ello se está perdiendo el sentido del matrimonio. La juventud no quiere un compromiso con el futuro. Estamos en una cultura de bote y deseche”, dijo monseñor Ulloa.

La Comisión encargada de responder al Sumo Pontífice deberá enviar las respuestas a Roma antes del 31 de enero del 2014, mediante la Nunciatura Apostólica.

El grupo está integrado por ocho matrimonios, sacerdotes líderes de pastorales de familia y por monseñor Ulloa, cabeza del grupo.

“La familia costarricense cambió. Hay un abanico de situaciones y la Iglesia católica tiene que trabajar en dar respuesta a los cambios de la sociedad. Las respuestas hasta ahora no han sido equivocadas, sino que hemos mantenido un método trasnochado”, dijo Ulloa.

El Informe Nacional sobre Desarrollo Humano 2013, del Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD), revela que el 68% de los nacimientos proceden de madres solteras y el 34% de la población menciona tener un familiar cercano homosexual.

“Las familias son muy diferentes a las de antes y esta diversidad merece atención. Debemos seguir avanzando en la aceptación, entendimiento y reconocimiento de las diferencias”, explicó Yoriko Yasukawa, representante del PNUD.

Acciones. Para elaborar el documento, monseñor Ulloa aseguró que el equipo está recogiendo experiencias tanto de familias que asisten al templo como de aquellas que no asisten a las misas.

“De cada tres niños, dos viven en familias no tradicionales. La familia cambió y ante esos cambios y amenazas, como el consumismo, hay que trabajar en el tema de la fe. La Iglesia no se puede quedar encerrada”, dijo el obispo de Cartago.

La realidad de que existen familias homoparentales tampoco es ajena a la Iglesia y el obispo reconoció que es necesario que la doctrina se aboque al respeto y aceptación de todos los católicos, sin importar su orientación sexual.

“La Iglesia no tiene por qué rechazar a nadie, así como Jesucristo no rechazó a nadie”, dijo el obispo.

Bajo el lema Los desafíos pastorales sobre la familia en el contexto de la evangelización , la Iglesia, liderada por el papa Francisco, quiere encarar esos retos.

“Los problemas son amplios. No es conveniente enterrar la cabeza en la arena”, dijo el secretario general de este proceso de consulta, el arzobispo italiano Bruno Forte.