Dentro de la catedral metropolitana, ayer se recibieron verduras y enlatados que se donarán a comunidades pobres, como Cristo Rey, Sagrada Familia y Los Cuadros de Goicoechea.
La actividad, conocida como El Huerto, revive el momento en que Cristo fue apresado por los soldados romanos, y forma parte de las actividades de Semana Santa desde hace seis años.
La Iglesia católica ha insistido en la importancia de compartir con las personas más necesitadas.
“La Semana Mayor busca que los fieles compartan con quienes más necesitan. No podemos dejar que esta semana se convierta en tiempo de simples tradiciones. Cada uno de los momentos fuertes de la celebración nos conducen a encontrarnos con Dios, que es fuente de amor”, manifestó el arzobispo de San José, José Rafael Quirós.
Este jueves, en horas de la tarde, las diferentes parroquias del país celebrarán la misa en la que se recuerda el lavatorio de pies y la institución de la Eucaristía, durante la última cena de Jesús con sus 12 apóstoles.
Hambre. En marzo de este año, la Conferencia Episcopal presentó una carta pastoral para luchar contra el hambre que sufren unas 388.000 personas en pobreza extrema en Costa Rica.
“La pobreza y el hambre van de la mano y responden a fallas de carácter estructural. La Iglesia hace un llamado a que cada una de las ocho diócesis atiendan el tema de la hambruna y que las familias, antes de botar comida, ofrezcan ese plato a los más necesitados”, dijo el obispo Óscar Fernández, presidente de la Conferencia Episcopal.
Con actividades como el huerto de Semana Santa, la Iglesia católica lleva ayuda a los barrios más necesitados del país.