Los desarrolladores del acueducto Sardinal-El Coco-Ocotal defendieron ayer la figura del fideicomiso, escogida para financiar los $8 millones que costará la obra.
Por primera vez desde que estalló el conflicto por la construcción de dicho acueducto, el 12 de mayo, los inversionistas del proyecto aparecieron públicamente para dar a conocer su posición.
Lo hicieron durante una conferencia de prensa realizada ayer en el hotel San José Palacio.
José Antonio Muñoz, presidente del fideicomiso, garantizó que los 22 desarrolladores privados que integran el plan no tienen interés en lucrarse con el agua.
Muñoz explicó que tras conversaciones con el Instituto Costarricense de Acueductos y Alcantarillados (AyA) y con empresarios turísticos de la zona, se seleccionó la figura del fideicomiso porque facilita las alianzas entre el sector público y privado para impulsar infraestructuras de interés.
Negó que la figura se escogiera para evadir controles fijados por otros marcos jurídicos como la Ley de Contratación Administrativa.
“Es una obra pública pero financiada con recursos privados. Es la solución a una serie de problemas tanto para las comunidades como para quienes ejecutan proyectos”, aseveró Muñoz.
Además, agregó, se seleccionó al Banco de Costa Rica (BCR) como entidad bancaria estatal “para tener seguridad sobre la administración del fideicomiso”.
Detenidas. La construcción del acueducto fue paralizada el pasado 22 de mayo por la Municipalidad de Carrillo luego de que la comunidad de Sardinal se levantó contra del proyecto.
En este momento la obra tiene un avance del 75%.
Los desarrolladores esperan que las autoridades estatales agilicen los estudios que se necesitan para verificar la capacidad hidrogeológica del acuífero.
Vecinos de Sardinal temen que los grandes desarrolladores se lleven el agua para sus hoteles y proyectos inmobiliarios de lujo.
Sin embargo, los representantes del fideicomiso negaron que esto vaya a suceder.
Alegaron que el AyA tendrá la administración total del sistema (cobrará las tarifas y hará las conexiones). Además, insistieron en que su negocio “no es el agua”.
“El negocio de los desarrolladores es la venta de villas, de un hotel, la dotación de agua es solo una necesidad para estos desarrollos.
“Sin agua no podríamos ni desarrollar ni vender. No hay un fin de lucro en realizar esta obra. Existe un fin de lucro en la venta de apartamentos, hoteles”, dijo Muñoz.