Tras reacomodar su planilla completa, el Instituto de Fomento y Asesoría Municipal (IFAM) estima que tendrá un ahorro anual de al menos ¢245 millones en el pago de salarios.
Este año, la institución implementó un modelo que unifica los criterios para el pago de las remuneraciones de sus 118 funcionarios, pues hasta el 2016 se aplicaron escalas salariales para distintos grupos de empleados.
Inicialmente, la entidad había estimado que el ahorro tras la eliminación de varios pluses salariales sería de unos ¢80 millones, pero con el paso de los meses, desde la implementación del sistema, ha crecido la proyección sobre el recorte.
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"Se hizo a raíz de un DFOE (informe de la División de Fiscalización Operativa y Evaluativa) que nos envió la Contraloría General de la República (CGR) en el 2011, que evidenció un problema muy serio porque por diferentes procesos se convivía con cinco escalas salariales diferentes, con pluses y una serie de cosas que hacían que el clima interno fuera muy difícil", dijo Yanina Soto, presidenta ejecutiva del IFAM.
Las diferentes categorías se crearon a lo largo de los 45 años de existencia de la institución, a partir de reclamos de empleados que pidieron que sus sueldos fueran homologados con los que devengaban empleados de otras instituciones públicas o de cambios que se introdujeron para los trabajadores más recientes, sin que en ningún momento se estandarizaran las retribuciones.
Producto de ese desorden, había subalternos con salarios superiores a sus jefes o hasta cuatro salarios base distintos para puestos de la misma naturaleza, según identificó el ente contralor en un informe de octubre del 2011, en el que ordenó solucionar los problemas de gestión de recursos humanos de la institución.
Desde enero, explicó Soto, los salarios se pagan con una escala única que elaboró la empresa Deloitte, a partir de las categorías de puestos que utiliza el Servicio Civil en el Gobierno Central.
De acuerdo con la jerarca, se mantuvieron las 118 plazas, pero se reorganizaron los salarios, los puestos y las oficinas. Ello implicó el despido de 14 funcionarios que ya no eran requeridos, la renuncia de 13 personas que no aceptaron las nuevas condiciones y el reclutamiento de 11 nuevos funcionarios.
Con la nueva estructura, un 37% de los funcionarios vieron un incremento en su salario, mientras que para otros más bien disminuyó.
"Se van a abrir disgustos y molestias. Hemos tenido la valentía de hacerlo porque creemos que debemos ordenar las cosas de una vez por todas", expresó Soto, para quien los cambios se tarducirán en más eficiencia para trabajar.
También se ajustaron y eliminaron sobresueldos.
"El IFAM tenía como parte de sus pluses el pago de mérito, quinquenio y prohibición solo por ser funcionario, que no eran legales. Esos se eliminaron y se dejaron solo el de dedicación exclusiva, la carrera profesional y las anualidades, que se pagan según los define el servicio civil", explicó Laura Obando, directora ejecutiva del IFAM.
El plus de prohibición se delimitó a un grupo específico de funcionarios, al tiempo que también se eliminó el que premiaba a los trabajadores por cada año de servicio con un 2% adicional.
Durante el 2016, antes de la reestructuración, el pago de un solo mes de planilla representaba ¢200 millones, monto que para el mes pasado bajó a ¢179,6 millones, aunque aún hace falta contratar a cinco personas.