El Tijo vendió entero del gordo navideño en el portón de la JPS

Chancero asegura que 30 fracciones del premio se las compró un solo cliente

Este artículo es exclusivo para suscriptores (3)

Suscríbase para disfrutar de forma ilimitada de contenido exclusivo y confiable.

Subscribe

Ingrese a su cuenta para continuar disfrutando de nuestro contenido


Este artículo es exclusivo para suscriptores (2)

Suscríbase para disfrutar de forma ilimitada de contenido exclusivo y confiable.

Subscribe

Este artículo es exclusivo para suscriptores (1)

Suscríbase para disfrutar de forma ilimitada de contenido exclusivo y confiable.

Subscribe

En el portón del edificio de la Junta de Protección Social (JPS), con camiseta roja, canas, tatuaje en brazo y piel morena, está Alfredo el Tijo Loría, el chancero que en 28 años ha vendido dos veces el premio mayor del gordo.

Su primera experiencia fue hace 14 años, cuando el 06 con la serie 291 favoreció –con ¢150 millones– a una mujer josefina que hoy está en la cárcel, según alguien le contó.

“Uno atiende a mucha gente; no podría precisar a quién se lo vendí. Lo malo es que los ganadores nunca más vuelven a aparecer. Unos saben aprovechar la plata que ganan; otros, no tanto ”, dijo Loría.

Este chancero recuerda que unas 30 de las 40 fracciones del entero del 67 con la serie 615 –el ganador de este año– se las vendió a un mismo cliente.

“De ese número, hubo fracciones que se vendieron sueltas, perola mayoría se las llevó una sola persona. Lo malo es que yo no me dejé ni una. Me pasó lo mismo de la vez pasada y aquí sigo, trabajando honradamente”, dijo el chancero.

Este lunes, otros vendedores de lotería lo aplaudieron en la entrada del edificio de la JPS y con palmadita en la espalda o estrechón de mano le decían: “¡el hombre del mayor!, ¡‘Tijo, el suertudo!”.

“A nosotros no nos da miedo hablar ni dar la cara. Ya los delincuentes saben que uno es pobre y que por vender el mayor, uno no gana nada”, dijo Hernán Soto, otro veterano de las ventas de lotería.

Tijo es chancero de pura sepa, de los que gritan sus números a todo galillo. Los fines de semana se pasea por la feria del agricultor, en Zapote. “Hay mucho agüizotero, que viene a que uno toque los billetes de lotería, dizque para darles suerte”, añadió el vendedor.

El Sorteo de Consolación será el próximo domingo 22 de diciembre. Cada fracción cuesta ¢1.500 y el premio mayor pagará a los ganadores ¢250 millones por entero.

Premios. Los primeros ganadores en retirar sus premios ayer reclamaron unos ¢1.102 millones, de los cuales, cerca de ¢660 millones corresponden al primer premio del gordo navideño.

“Hay quienes prefieren cambiar el premio en el banco para evitar que la gente sepa que resultaron ganadores”, dijo el gerente general de la JPS, Milton Vargas.

Del segundo premio, un guanacasteco, vecino de Nicoya, hizo efectivo su premio de ¢100 millones al cambiar un entero de la combinación del 17 con la serie 656.

La JPS informó que en horas de la tarde, un cliente se presentó a las oficinas centrales, en San José, a cambiar ocho fracciones del mayor, para un total de ¢240 millones.

En la fila de reclamo de premios, La Nación conversó con Carlos Flores, vecino de Santa Ana que llevaba un entero del número 67, pero sin la serie. Flores fue a cambiar ¢1.000.000 que pretende ahorrar.

Con la entrada y salida de chanceros y jugadores de la JPS, el Tijo fue quien recibió aplausos y bromas: el que tuvo al gordo en sus manos, pero seguirá siendo vendedor.

“Si uno supiera que ese era el número mayor, me dejo el entero completico. Pero ni me pasó por la cabeza”, concluyó Loría.