La inversión de las familias costarricenses en el pago de matrícula y materias de las universidades de sus hijos, es el monto que más pesa en la factura de educación de los hogares.
La última Encuesta de Ingresos y Gastos de Hogares (2013) del Instituto Nacional de Estadística y Censos (INEC) detalla que el gasto por concepto de matrícula en educación superior llega a ¢18.000 millones al año.
De ese monto, un 20% corresponde al desembolso que hacen los hogares a universidades estatales y un 77,5% para los centros de educación superior privada. El porcentaje restante es para las parauniversitarias.
A la inversión de la matrícula, se deben sumar las facturas de los libros, pagos por derechos de graduación, trámites y tutorías fuera del horario de clases para aprobar ciertos cursos, entre otros trámites.
“Uno paga carísimo en las universidades y no siempre recibe la mejor formación. Por cualquier trámite le cobran. A veces siento que se abusan de quienes no pudimos entrar a estudiar en una universidad pública, sin derecho a apelar”, dijo José Ricardo Solano, de Hatillo, y estudiante de Ingeniería.
En un sondeo por universidades privadas, el precio de un certificado de Trabajo Comunal Universitario (TCU) cuesta entre los ¢18.000 y los ¢30.000
Además, si un alumno debe convalidar materias de otras universidades debe pagar entre ¢24.000 a ¢100.000, sin importar la cantidad de cursos.
El último informe del Estado de la Educación (2013) critica que, pese a que el Consejo Nacional de Enseñanza Superior Universitaria Privada (Conesup) autoriza aumentos cada cuatrimestre en el costo de la matrícula, “esas alzas no siempre se reflejan en una mejor infraestructura”.