Joven de Coto Brus tiene ‘perpleja’ a la comunidad de colegios científicos

Solo en el 2021, el estudiante de 16 años ganó medallas de oro en las olimpiadas de Matemáticas, Química, Biología, Física, y Astronomía y Astronáutica, pero el recuento no termina allí.

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Daniel Obando Sáenz, de 16 años, tiene “sin palabras, perplejos e impactados” a la comunidad de colegios científicos del país. Solo en el 2021, el joven, quien estudia en el nuevo Colegio Científico de San Vito, en Coto Brus, en la zona sur, ha ganado la medalla de oro absoluto en la Olimpiada Costarricense de Química, una medalla de oro en la Olimpiada Costarricense de Astronomía y Astronáutica; una medalla de oro en la Olimpiada Costarricense de Ciencias Biológicas y una medalla de oro en la Olimpiada Costarricense de Física.

Pero ahí no termina el recuento, este año también se ganó la medalla de oro en la olimpiada internacional Canguro Matemático; una medalla de plata en la Olimpiada Costarricense de Matemática, también obtuvo el primer lugar en reto tecnológico National Instruments Challenge 2021 y tuvo una mención de honor en XIII Olimpiada Latinoamericana de Astronomía y Astronáutica Perú 2021.

Estos reconocimientos los ganó el joven este año mientras cumplía con el intenso programa de estudios de décimo año que se imparte en dicho colegio científico que fue inaugurado en el 2020. Los colegios científicos son preuniversitarios, públicos y gratuitos. Allí se estudia de manera intensa, con énfasis en las asignaturas de Matemática, Física, Química, Biología, Robótica, Informática e Inglés sin detrimento del resto de asignaturas de los planes de estudio de la Educación Diversificada.

En esos centros solo se imparte décimo y undécimo. Para ingresar, los aspirantes deben realizar un examen de admisión.

¿Cómo lo logró?

El horario en el colegio que Obando ha tenido que cumplir este año es de 7 a.m. a 5 p.m. Cualquiera pensaría que luego de esa intensa jornada llega la hora de descansar pero el joven, después de salir del colegio, apenas comenzaba su preparación para cada una de estas olimpiadas.

“A mí me entretiene estudiar y, en general, me gusta; el colegio ha sido un apoyo pero uno tiene que hacer un esfuerzo extra en las noches, el colegio nos da libros que son de materias universitarias, esos libros trae un montón de materia y ejercicios, me he dedicado a hacer ejercicios en las noches y fines de semana, practicar y practicar. Además, la carga de colegio es muy pesada no se duerme totalmente”, contó el joven quien vive en la comunidad de Lourdes de San Vito, frontera con Panamá.

Gabriela Obando, madre del muchacho, lo describe como un joven autodidacta, tímido, callado, introvertido, no muy sociable pero con una capacidad y gusto por el aprendizaje que los sorprende; siempre se ha caracterizado por ser muy disciplinado y estudioso.

“Investigaba más de lo que le pedían, siempre ha tenido, desde la escuela, mucha afinidad por la Matemáticas, sin embargo, en el colegio privado donde estuvo, no le estimulaban eso, aquí por ser rural no hay muchas opciones, ese colegio era lo mejorcito que había. Hubiera deseado que él tuviera mejor oportunidad de educación desde pequeño, pero aquí es muy limitado y con la escuelas públicas, hay muchas quejas. Cuando abrieron el colegio científico y él entró, se le abrió el mundo y sus habilidades explotaron. Empezó a ver materias nuevas, sacrificó, por cuenta propia, mucho tiempo de sueño y tiempo libre, llegaba del colegio conectarse a clases virtuales y luego seguía estudiando.He visto en madrugada la luz de su cuarto encendida, me decía que se quedaba dormido y se volvía a levantar temprano a estudiar”, relató la madre quien es ama de casa.

El adolescente, quien tiene un hermano de 13 años y es hijo de un médico de un Ebáis de la comunidad, es fan de los videojuegos pero, durante este año, ha tenido que dejarlos a un lado para dedicarse a prepararse a las olimpiadas que al final ganó.

Tampoco cree que el próximo año se pueda dedicar mucho tiempo a los juegos, desde ya está pensando en su preparación para el proceso de admisión para las universidades públicas el próximo año cuando esté en undécimo.

“Eso es importante, tengo que estudiar y seguir participando en olimpiadas (internacionales). No tengo definido qué voy a estudiar en la universidad pero me gusta la Matemáticas, Física y tecnología. Me considero una persona normal, me gusta jugar videojuegos pero no puedo porque tengo que pasar estudiando y a veces cuando tengo tiempo hago ejercicio. Quiero aclarar que esto no lo he logrado solo porque el colegio nos prepara un montón, pero uno sí tiene que dar esa milla extra de prepararse un poco más”, relató el muchacho.

Johnny Aguilar, ejecutivo institucional del Colegio Científico de San Vito, considera que el muchacho está rompiendo paradigmas.

“Él es introvertido, siempre ha tenido la necesidad de conocimiento pero en el colegio donde estaba no se lo incentivaban. Cuando llegó al colegio, se interesó muchísimo y conoció compañeros que tenían afinidad por la ciencia, uno espera que un alumno brille en dos áreas , pero él nos dijo que podía estar en todas las olimpiadas nacionales; compitiendo con casi 1.000 personas en cada una de ellas, obtuvo el primer lugar”, explicó Aguilar.

Las olimpiadas nacionales en cada materia son organizadas por el Consejo Nacional de Rectores (Conare), el Ministerio de Ciencia y Tecnología (Micitt) y el Ministerio de Educación Pública (MEP).

El funcionario añadió que cuando Obando llegó al colegio era muy introvertido pero era colaborador con sus compañeros.

“Ha mejorado sus habilidades blandas, lo pusimos a practicar a exponer, por ejemplo, también fuimos convocados a la Asamblea Legislativa, se enfrentó a los diputados exponiendo los logros del colegio. Desarrollando esa parte, lo convierte en un alumno completo en habilidades blandas. Nos tiene sorprendidos, impactados, sí es tímido pero tiene capacidad de socializar con compañeros y compartir su conocimiento”, manifestó Aguilar.

El Colegio Científico de San Vito tiene 22 alumnos de décimo año y 23 de undécimo. La población es 66% femenina. Con la apertura de este centro, el país tiene en total 10 colegios científicos con una matrícula de 488 estudiantes.