Jimena está feliz de volver a clase, aunque solo sea un día a la semana

División en subgrupos impide mayor frecuencia. Madre admite miedo por la pandemia, pero reconoce que la educación es mejor en las aulas, pues quedó un gran vacío educativo en 2020

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Quince minutos antes de la entrada a clases, Jimena ya estaba en la puerta de la Escuela Ascensión Esquivel Ibarra, en el centro de Cartago. Este lunes fue su primer día de sexto grado, había mucha emoción, más todavía después de un año sin estar en las aulas.

Claro, muchas cosas han cambiado. Esta vez, por ejemplo, no entró por la puerta principal, sino por el costado sur, un sector al que llaman el sótano, como parte de las reglas y protocolos contra la covid-19.

La niña, oriunda de Oreamuno, dice que va con muchas ganas de aprender, sobre todo prepararse para el colegio. Así lo dijo mientras esperaba a que su maestra la fuera a recoger, como al resto de sus compañeros.

Doña Roxana Torres, la mamá de Jimena, admite que tiene miedo del regreso a clases, pero está consciente de que la enseñanza en las aulas es mucho mejor.

“Que sea lo que Dios quiera. Lo que me tranquiliza es que Jimena y María Celeste (la hermana menor, que entró a segundo grado), solo tienen que asistir una vez a la semana y vienen bien preparadas con su alcohol en gel y líquido, mascarillas, jabón y toallitas húmedas. Además se nos indicó que todas sus cosas deben ir rotuladas desde los lápices de color hasta los cuadernos”, manifestó.

Por la cantidad de niños que asisten, este centro educativo dividió cada grupo en 3 subgrupos, para tener la capacidad se separar un pupitre y otro por 1,8 metros de distancia.

“El año pasado fue una experiencia y método de adaptación tanto para ellos como para nosotros los padres de familia porque siempre se asistió a clases y ahora era conectarse y estar ahí con ellas por si algo no entendían, tratar uno de ayudarlos. A pesar de todo, siento que sí aprendió.

“Este año, tanto en la parte educativa como en la de salud, espero que sea mejor porque uno siente temor porque por lo de la covid uno se ha cuidado, en especial a ellas y uno no quisiera enviarlas para que no se contagien, espero que ninguno se vaya a enfermar”, manifestó.

La madre confía en que Jimena aprovechará ese último año de escuela y llega con buenas bases a sétimo, el próximo año.

“Siento que quedó como un hueco en el aprendizaje del 2020 porque uno no está capacitado para ser educador, uno hizo lo que pudo pero sí hubo muchos temas que no los vieron y los que sí vieron, fue como lo básico de cada tema”, expresó.

Este lunes, comenzaron a llegar los primeros de 1,2 millones de estudiantes. Volvieron con nuevas reglas, protocolos de limpieza y de conducta, a distancia de los otros... con miedo pero también con emoción.

Todos los docentes y funcionarios administrativos realizan, por su parte, un gran esfuerzo de organización para atender las medidas sanitarias y poder reabrir las aulas para aquellos alumnos cuyos padren decidan enviarles, a pesar de miedo, como doña Roxana.