Directora del Instituto de Desarrollo Profesional: ‘El viraje en formación docente será de 180°’

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Durante los últimos seis años, el Ministerio de Educación Pública (MEP) gastó ¢200 millones anuales en cursos de capacitación para profesores, pero no midió los resultados de esa inversión ni definió una estrategia para mejorar la calidad de educación que se imparte en las aulas.

Encontrarse con ese despilfarro de recursos, obligó a Patricia Badilla, nueva directora del Instituto de Desarrollo Profesional (IDP) Uladislao Gámez, a dar un viraje radical en la formación de los docentes del MEP.

A continuación, un extracto de la entrevista con Badilla, quien tiene en su oficina un cronograma de los cursos que espera ofrecer a los profesores este año.

¿Qué resultados dio el Plan 200 (200 días de clase que incorporaba tiempo de formación de docentes) como herramienta para capacitar a los profesores en los últimos seis años ?

No hubo medición de resultados ni hubo un proceso de formación docente como tal. Se pagaban 800 cursos de capacitación por año, sin ninguna planificación ni detección de las necesidades de los docentes. Había un caos total y serias urgencias en la formación de profesores; hay que dar un viraje total.

¿En qué consiste ese cambio y cuándo lo van a poder materializar los docentes?

El viraje en formación docente será de 180 grados. El año pasado, se hizo un informe de detección de necesidades y ya hay un cronograma de trabajo con las 27 direcciones regionales. Vamos a desarrollar cuatro ejes: formación en las reformas curriculares, sana convivencia en las aulas, la equidad y accesibilidad educativa y la gestión institucional, porque no podemos descuidar al personal administrativo.

¿Cuántos profesores van a recibir los cursos, bajo qué modalidad y cuánto le va a costar al MEP el nuevo proceso de formación?

La meta es ofrecer un proceso de formación continua durante el año y llegar a un 80% de los docentes, mediante sesiones de grupo y con el uso de los recursos tecnológicos. Estamos apostando a las clases virtuales, como mecanismo para formar a los profesores.

”Sobre el costo, serán los mismos ¢200 millones anuales que se invertían con el Plan 200, conla diferencia de que ahora no se van a gastar en 2 semanas, sino que va a ser un proceso sostenido durante todo el año, con ejes definidos y un cronograma planificado”.

¿Quiere decir que fueron seis años en los que el MEP botó dinero en cursos sin utilidad?

Fueron seis años donde no hubo plan de formación, donde se ofrecían cursos al azar, donde el IDP solo firmaba facturas para impartir los cursos, pero no se trazaba ninguna meta.

¿La mala preparación de un docente se traduce en los malos resultados de bachillerato y en las pruebas internacionales?

No es tan mecánico y además no se puede responsabilizar al MEP de la formación de los profesores. El MEP no es quien forma a los profesores. Ellos son profesionales que vienen bien o mal preparados de las universidades, por eso es que la responsabilidad no debe recaer solo en el Ministerio.

”Nuestra tarea es la formación como mecanismo para refrescar conocimientos, que sea un apoyo para trabajar en las aulas, pero no es ver a los docentes como si no supieran nada”.

Bajo esa línea que usted propone de formación continua basada en las necesidades del docente, ¿está a favor de que se hagan diagnósticos a los maestros, para definir la capacitación?

Sí apoyo que se hagan diagnósticos Eso sería un insumo importante de datos para el IDP, pero no seríamos nosotros los encargados de aplicarlos.

”Yo estoy de acuerdo con la evaluación a los docentes, siempre y cuando no sea para juzgar el trabajo del profesor, sino para diseñar estrategias de corrección y valorar lo que está haciendo bien en las aulas.

¿Coincide en la necesidad de de hacer un examen previo de filtro para revisar la calidad de los docentes que llegan al aula?

No nos competen este tipo de evaluaciones. Lo que sí puedo adelantar es que estamos desarrollando un curso para mejorar la adaptación del docente cuando llega al aula por primera vez.

”Muchos salen de la universidad con un mundo imaginario en su cabeza de lo que realmente es dar clases. Cuando llegan se topan con problemas en la infraestructura y dificultades en el manejo del grupo. Sobre esos temas también vamos a trabajar. El IDP no está para firmar facturas de cursos al azar, sino para dar un viraje a favor de los docentes y administrativos.