Desorden del MEP impide entregar computadoras a alumnos pobres

Ministerio no identificó a estudiantes que las requerían y pide dejar 8.200 aparatos en escuelas. Equipos comprados por Sutel costaron $5,4 millones

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Computadoras adquiridas para niños pobres no llegarán a sus manos. Esta es la situación con 8.211 equipos que fueron adquiridos por la Superintendencia de Telecomunicaciones (Sutel) por encargo del Ministerio de Educación Pública (MEP).

El problema, según la Sutel, es que el Ministerio no logró identificar a los menores que necesitaban los aparatos. Incluso, existe la posibilidad de que ni siquiera hubiera sido necesario comprarlos.

Dadas estas circunstancias, los equipos quedarían en las escuelas, pero no en las manos de los niños, como estaba previsto. Para la Superintendencia, la medida no ayuda a reducir la brecha digital, criterio en el que difiere el viceministro de Planificación del MEP, Leonardo Sánchez Hernández.

La adquisición era parte de un plan para dotar de equipos tecnológicos a estudiantes con problemas de conectividad durante la pandemia, que inicialmente eran casi 500.000, cifra que luego se redujo a 215.000.

Para concretar el programa, el Ministerio debía entregar a la Sutel, el detalle de centros educativos y la cantidad de alumnos de cada centro que recibiría un artefacto.

A partir de la información suministrada entre el 2020 y el 2021, la Sutel compró 86.812 equipos para igual cifra de personas, a distribuir en 3.523 centros educativos. Todo costó $58,3 millones y la contratación se adjudicó en noviembre del 2021.

Luego de transcurridos meses en el proceso de compra, la Superintendencia finalmente comenzó la distribución el 16 de mayo de 2022, apegado a la lista que proporcionó el MEP, la cual fue confirmada en marzo.

Sin embargo, afirmó la Sutel, desde el 18 de mayo, o sea, dos días después del inicio de la distribución comenzaron los problemas. Ese día se informó al MEP que dos centros –en San Antonio de Turrubares y San Miguel de Puriscal– habían rechazado el beneficio porque ya tenían equipos entregados como parte de un programa de la Fundación Omar Dengo (FOD), que tiene un convenio con el Ministerio.

El 6 de junio, en nota DM-0702-05-2022, el MEP reconoció que había una duplicidad en 1.403 centros educativos de un total 3.523 ya habían recibido equipos del Programa 1:1 de la FOD, por lo que solicitaba la suspensión de la distribución ahí. La cifra representó el 40% de escuelas y colegios en los que se iban a repartir.

Gílberth Camacho Mora, presidente del Consejo Directivo de la Superintendencia, aseguró que no manejaban esa información antes.

De esta forma, entregaron 70.800 unidades; de las restantes 16.012, supuestamente hay 7.801 aún en distribución, pero con otras 8.211 no hay certeza de si debieron comprarse, ya sea porque la población meta ya había sido atendida por la FOD o porque el MEP no sabe quién las necesita.

Por esos aparatos se pagaron $5,4 millones del Fondo Nacional de Telecomunicaciones (Fonatel) que administra la Sutel, órgano regulador en materia de telecomunicaciones.

Cambio de meta

Ante esta confusión, el MEP detuvo el reparto el 6 de junio, mientras ajustaba la lista. Sin embargo, nunca logró esclarecer cuántos estudiantes pobres todavía requieren aparatos, por lo que decidió cambiar la meta del plan y, en vez de entregar las herramientas a estudiantes, como se dispuso inicialmente, propuso dejarlas en las escuelas y colegios.

Se trata de computadoras portátiles con pantallas de 14 pulgadas, en alta resolución, 8 Gigabytes (GB) de memoria RAM, un disco duro de tecnología SSD con 256 GB de espacio y plena capacidad de acceso inalámbrico, propia de aparatos de última generación. Las tabletas, dirigidas a niños en preescolar, tienen pantallas de 10 pulgadas, 64 GB para almacenamiento y 4 GB de memoria RAM como mínimo. Todos los artefactos tienen especificaciones avanzadas para servir a sus dueños por varios años.

El 6 de setiembre, en una reunión entre representantes del Ministerio de Ciencia, Innovación, Tecnología y Telecomunicaciones (Micitt), Sutel y el MEP, las autoridades educativas informaron de que había una desactualización en las bases de datos del Sistema de Información y Registro Único de Beneficiarios del Estado (Sinirube), que administra el Instituto Mixto de Ayuda Social (IMAS). Esta plataforma fue creada para guardar la información de personas en condición de pobreza que requieren o ya reciben ayudas sociales.

Debido a la desactualización de Sinirube, dijo el MEP, no podía saber a quiénes entregar los dispositivos y descartó una pronta actualización de esa población meta. Fue entonces cuando propuso a Sutel dejar los equipos en los centros educativos, explicó Camacho Mora.

Él insistió en que la Sutel está en desacuerdo y preocupada con la decisión, porque el cambio impide satisfacer la necesidad de la población estudiantil más vulnerable, en nombre de quienes se creó el programa y que, encima, ni siquiera están identificados ante la incapacidad del MEP de dar con ellos.

“Es claro que el impacto multiplicador y de apropiación de tener el equipo en el hogar no se logró manteniéndolo en escuelas. Aquí el problema es el cambio de meta: el estudiante si acaso las usaría un rato en vez de hacerlo en la clase y en su casa”, insistió.

Camacho resaltó, además, que mientras un grupo si logró recibirlas, otros miles están en total desventaja.

Todo está bien, dice el MEP

El MEP dice no encontrar problema en que las computadoras queden en las escuelas, según lo expuso el viceministro de Planificación de esa cartera, Leonardo Sánchez Hernández, en entrevista con La Nación.

Sánchez comenzó por aclarar que esta es una situación heredada de la administración anterior. Adujo que parte del problema es que no hubo una buena comunicación entre la FOD y el MEP sobre la estadística de quiénes iban recibiendo computadoras de aquel programa, para así excluir centros educativos y población meta del proyecto que asumió Fonatel.

Consultado sobre el cambio de meta, es decir, de que quedaran en escuelas y no en manos de los niños, Sánchez insistió en que la política pública apunta a reducir la brecha digital y que siempre se ha hablado de centros educativos.

Para él, entregar las portátiles para que vayan y vengan de las casas, no garantiza que los hogares tengan conectividad adecuada; incluso, mencionó el riesgo de un robo.

“Si las computadoras están en el centro educativo, todos pueden tener acceso al equipo y bajo guía de un docente. No veo cuál es el problema”, insistió.

Sin embargo, al ser cuestionado si dejar las computadoras en las escuelas era una mejor solución para el MEP y no para los estudiantes, insistió en que ahora la mejor salida es esa.

– ¿Pero, acaso, no quedan en desventaja los estudiantes pobres, hoy sin computadoras, respecto a sus semejantes, que sí las recibieron?

– ”Sí, ahí sí coincido con usted. La educación, es verdad, que parte en las clases pero se refuerza en el hogar, y es cierto que hay una cierta desventaja entre quienes tienen las computadoras siempre y quienes no”.

La denuncia

Por estos hechos, la Sutel presentó en agosto una denuncia contra el MEP ante la Contraloría General de la República (CGR), por presunto daño a la hacienda pública, pues se habrían gastado $5,4 millones en 8.211 aparatos, los cuales, no habrían tenido que adquirirse. La queja, sin embargo, fue retirada posteriormente a la espera de una solución.

La Superintendencia sostiene que el MEP fracasó al entregarle información imprecisa y desactualizada de los beneficiarios del proyecto financiado por Fonatel. La iniciativa está en el Plan Nacional de Desarrollo de las Telecomunicaciones (PNDT) con el objetivo de reducir la brecha digital.