En la versión inicial del informe sobre el Consejo Nacional de Enseñanza Superior Universitaria Privada (Conesup), los auditores Freddy Quesada y Adriana Chávez criticaron la débil supervisión de la entidad sobre esos centros de estudio.
En el documento señalaron que el Conesup “carece de liderazgo y previsión” y que la estructura organizacional incumple con el deber legal que tiene la institución.
“La labor de vigilancia e inspección estatal debe ser antes de que empiece a operar una universidad y no posterior, cuando ya el daño sea irreversible (...). Hay carreras que empezaron sin el visto bueno del Conesup, al igual que sedes universitarias que no contaban con los permisos suficientes para abrir sus puertas”, manifestó Quesada, quien fungió como jefe de ese trabajo de investigación.
En el informe final, el auditor Harry Maynard omitió las críticas acerca de esa falta de fiscalización y redujo el comentario a que el Conesup no cuenta con las capacidades suficientes para ofrecer a la población estudiantil la seguridad de una educación privada de calidad.
“Hay cosas que el Conesup les autorizó a las universidades y aunque no estuviera correcto, ya no había nada qué hacer. Por eso no se mencionó y ya”, afirmó Maynard.
A la fecha, no hay registros de sanciones producto de las inspecciones que realizó el Conesup durante el 2014.
Según el Ministerio de Educación Pública (MEP), hay 53 universidades privadas autorizadas por Conesup y 1.741 carreras de grado y posgrado.