Alumnos más pobres lidian con peores aulas y falta de sanitarios

Ministra del MEP reconoce que hay un déficit acumulado en infraestructura

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Los alumnos más pobres batallan con la peor infraestructura educativa del país: aulas sin cielorraso, paredes en mal estado, falta de pupitres y carencia de servicios sanitarios, suman una lista de necesidades que llevan años sin atender.

Los directores regionales del Ministerio de Educación en las zonas de menor desarrollo (costas, fronteras y barrios marginales en San José) coinciden en que la falta de aulas, en buen estado, obliga a que niños y jóvenes reciban clases en galerones, bajo toldos o en áreas insalubres.

En Upala, Guatuso y Los Chiles, el hacinamiento en las aulas complica las lecciones, además de que hacen falta servicios sanitarios.

“En las zonas más pobres hay aulas que son unos cascarones de huevo. Hay lugares donde los estudiantes reciben clases en un galerón. Me preocupa el faltante de aulas en primaria y secundaria, en Aguas Claras, Brasilia, Bijagua, Guatuso, Colonia Puntarenas y San Jorge”, manifestó Warner Rodríguez, director regional de Educación de la Región Norte-Norte.

En Guanacaste, las construcciones y las reparaciones de los daños ocasionados por el terremoto del 2012 caminan a paso de tortuga.

“Están pendientes de remodelar aulas que se afectaron por el terremoto. Tengo cuatro grupos de sétimo año que no tengo dónde ubicarlos. Se necesitan aulas nuevas, porque ha subido la matrícula de secundaria”, explicó Rolando Mejías, director regional de Cañas.

Barreras. La falta de mobiliario y las malas condiciones de las aulas inciden en la calidad de las lecciones que imparten los docentes.

En Paquera, Cóbano, Lepanto y Jicaral (Puntarenas) y en Limón hay escuelas que, según el Ministerio de Salud, no reúnen las condiciones básicas para funcionar.

“No es fácil para un profesor trabajar bajo esas condiciones. Algunos laboran con las uñas. Las carencias son muchas; es grave y creo que hay problemas serios de organización y de voluntad”, dijo Lady Rodríguez, directora regional de la Zona Peninsular.

La ministra de Educación, Sonia Marta Mora, reconoce que hay serias deficiencias en las regiones más pobres del país.

“ Hay muchas necesidades postergadas que deben ser atendidas. No podemos hablar de educación de calidad cuando existen deficiencias y desigualdades tan marcadas. Como parte del trabajo que se ha venido realizando a lo largo de los últimos cinco meses, estamos valorando un modelo de inversión para que los centros educativos incluyan mantenimiento preventivo”, afirmó la ministra Mora.

A junio de este año, el Ministerio de Educación Pública (MEP) reparó seis centros educativos de 144 que fueron afectados por el terremoto del 5 de setiembre del 2012, en Sámara de Nicoya.

Es decir, el avance de los arreglos es de un 4%. La situación incomoda a 10.000 estudiantes y el hacinamiento está a la orden del día.

La infraestructura ya llevaba años sin atender y el terremoto vino a colapsar las aulas. Se reconstruyó el Colegio Técnico Profesional de Mansión y la Escuela Pavones de Nanduyure. Pero aún hay procesos en trámite”, dijo Zulay Salas, directora regional de Nicoya.

Hay colegios ubicados en barrios marginales de la Gran Área Metropolitana (GAM), como el Liceo del Sur, cuyo mobiliario y condición de las aulas desmotiva el proceso de enseñanza-aprendizaje.

A la fecha, el MEP carece de un director de Infraestructura. En la segunda semana de noviembre, un equipo del Viceministerio Administrativo visitará los centros afectados por el terremoto del 2012, para conocer el estado actual.