De los canales de chonta al uso de motobombas

Este artículo es exclusivo para suscriptores (3)

Suscríbase para disfrutar de forma ilimitada de contenido exclusivo y confiable.

Subscribe

Ingrese a su cuenta para continuar disfrutando de nuestro contenido


Este artículo es exclusivo para suscriptores (2)

Suscríbase para disfrutar de forma ilimitada de contenido exclusivo y confiable.

Subscribe

Este artículo es exclusivo para suscriptores (1)

Suscríbase para disfrutar de forma ilimitada de contenido exclusivo y confiable.

Subscribe

Península de Osa. La extracción de oro no es algo nuevo en la Península de Osa, ubicada en el Pacífico, al suroeste de Costa Rica. Ya en la década de los 80 hubo una ‘fiebre’ que movilizó a gran cantidad de gente hacia esa zona.

En aquel entonces, entidades estatales llegaron a contabilizar entre 800 y 1.400 personas sacando oro, junto a varias compañías que gozaban de permisos para explotar el área de 457 km cuadrados, 10 veces más grande que el cantón de San José.

Aunque eso sucedió hace más de 30 años, las autoridades del Ministerio de Ambiente y Energía (Minae) encendieron las alarmas ahora debido a que la extracción ilegal de oro en el Parque Nacional Corcovado ha tomado fuerza desde finales del año pasado.

Vistazo. La actividad orera fue medianamente controlada a inicios de los 80 cuando “el Servicio de Parques Nacionales y la Guardia Rural desalojaron a los oreros y sus familias del parque, trasladándolos a Golfito como parte de un contingente de ‘infractores de la ley’ por su ocupación en una zona de protección”.

Así se detalla en el Diagnóstico biofísico, social, económico, productivo y análisis institucional para el manejo del Parque Nacional Corcovado , un documento elaborado por Claudine Sierra, Édgar Castillo y Stanley Arguedas, todos funcionarios del Minae.

En 1986, el Estado costarricense indemnizó a 500 oreros que demostraron que su fuente de trabajo e ingresos estaban en torno a la orería.

En esa ocasión, cada uno de ellos recibió una parcela de hasta cinco hectáreas para que se dedicaran a la agricultura o la ganadería.

Para esa época, en la orería se empleaban algunas técnicas que todavía se utilizan, como el caso de las ‘cateadoras’ (un platón de metal para ‘lavar’ el material rocoso en los ríos), y palas y picos para mover o romper las rocas.

Para llevar agua a esos sitios se construían canales de chonta, un tipo de palma muy resistente y óptima para trasladar el agua de los ríos hacia los depósitos de lavado.

“En el lavado de 100 latas (recipientes de metal) podían obtenerse de 500 a 700 gramos de oro, los cuales se limpiaban de impurezas y luego se ponían al calor”, detalla el documento ministerial.

Hoy día la chonta fue sustituida por las tuberías de PVC, las cuales son fáciles de encontrar tiradas en varios puntos de Corcovado, especialmente en las zonas en donde no hay acceso a los turistas.

Agua a presión. La tecnología también ha variado la forma en que se orea.

Jonathan Noguera, encargado de operativos en el Área de Conservación Osa, explicó que en los últimos meses se han decomisado cuatro motobombas (equipos con motor para obtener agua de los ríos y llevarla a otro lugar).

Dicho equipo se usa para destruir laderas cercanas a los ríos usando la fuerza o presión con que se expulsa el agua. Luego de eso, se comienza el lavado del material para la búsqueda del oro.

Según datos del Minae, en 1992 existían 39 concesiones de explotación de oro aprobadas para esa zona, con seis en operación en los ríos Rincón, Conte y Tigre, junto a 100 solicitudes de exploración.