Comunidades recuperan sus parques tras expulsar al hampa

Vecinos de la GAM utilizan cámaras, candados y reuniones para frenar asaltos

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Cansados de que los parques comunitarios sean nido de drogas, asaltos y citas sexuales, vecinos de la Gran Área Metropolitana (GAM) colocan cámaras de vigilancia, candados y organizan reuniones para expulsar al hampa.

En la lucha por ganar terreno familiar, topan con aceras decoradas con latas de cerveza, preservativos, cartones e insultos.

“Hay que rescatar los espacios públicos verdes y libres de vicios. Pero hay que agarrar valentía porque el delincuente amenaza. Un día vinieron a patearnos el portón de mi casa”, dijo Nora Bermúdez, de San Felipe de Alajuelita.

Lo mismo ocurre en San Francisco de Dos Ríos, en el parque Okayama. Un grupo de vecinos, liderados por Eduardo Valerín, organizan desde hace tres años reuniones para frenar a la delincuencia y el malestar que tienen que soportar los vecinos que viven en los alrededores del parque.

“Vienen muchachos a beber licor, dejan las aceras de la casas orinadas y las rayan. Uno tiene miedo de denunciar porque nos lanzan piedras la casa.

”El escándalo es terrible. Uno llama al 9-1-1 y puede creer que me pidieron que saliera de mi casa y que les diera el número de placa de los carros que vienen a dar problemas”, añadió una vecina del parque Okayama, quien por seguridad prefirió mantener su identidad bajo anonimato.

Solo en el cantón Central de San José hay 483 parques para los cuales los recursos humanos son insuficientes. Es por eso que las autoridades municipales instan a los vecinos a formar grupos comunales que pongan un alto a estos “dolores de cabeza”.

Según el índice de gestión municipal de la Contraloría General de la República (CGR), los municipios de Costa Rica solo destinaron, en el 2012, un 13% de sus recursos al cuido de parques y áreas verdes.

San José, Desamparados y Paraíso de Cartago son los cantones que más invierten en el cuido de estos espacios públicos.

“Hay parques equipados con cámaras gracias a la organización vecinal; también hay otros que a cierta hora cierran con candado para evitar el ingreso de indigentes, pero es necesario que hayan vecinos organizados.

”No se trata de un gobierno local paternalista porque es imposible”, dijo Sussy Salazar, del Departamento de Parques y Áreas Verdes de la Municipalidad de San José.

La mayoría de las personas asumen el compromiso de expulsar al hampa son adultos mayores; pensionados que no reciben pago y que están decididos a no dar el brazo a torcer a los delincuentes.

“Hago de todo con tal de defender el parque. No es posible que haya vecinos que no puedan dormir. ¿Dónde está la calidad de vida? Si las comunidades no se organizan, los policías nunca van a llegar. Nosotros empezamos hace tres años y aunque no hemos logrado detener del todo la situación, hemos bajado la tasa de incidencias delictivas en el parque”, dijo Valerín.

Mientras en setiembre de este año el número de incidencias en el parque Okayama, de San Francisco de Dos Ríos, fue de 290, la cifra bajó a 90 incidencias para octubre, según datos de la Fuerza Pública.

“Los resultados solo se consiguen mediante reuniones. Uno no puede quedarse de brazos cruzados, encerrado y dejar que otros hagan por uno. Por eso el país está como está”, concluyó Valerín.