Católicos hacen fila para confesarse en la catedral

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En la catedral metropolitana, en San José, un total de 20 sacerdotes confesaron ayer a decenas de feligreses que acudieron, de 10 a. m. a 5 p. m., a recibir el sacramento de la Reconciliación.

Durante esas siete horas no hubo tiempo para descansos: se levantaba un católico de la silla del confesionario y quien seguía en la fila ya estaba listo para acercarse a conversar con el sacerdote y recibir el perdón del Señor.

“Es una forma de acercarnos a Dios, de reconciliación, de sentir el inmenso amor que él tiene con sus hijos”, manifestó el arzobispo de San José, José Rafael Quirós.

Así, la Iglesia católica atiende la frase del papa Francisco que dice: “Cada vez que nos confesamos, Dios nos abraza, Dios hace fiesta”.

Mucha paz. Carmen Alfaro, de 78 años y vecina de Santa Ana, manifestó que siempre aprovecha la Semana Santa para confesarse y participar de los distintos actos que organizan en su parroquia.

“Estoy llorando de la alegría que siento; recibir el perdón de Dios es algo inmenso, para uno como católico es algo muy gratificante. Salgo del templo con enorme paz en mi corazón”, expresó Alfaro.

El viernes pasado, sacerdotes y modelos disfrazados de ángeles repartieron volantes en la avenida central de San José, para invitar a esta jornada de confesión y los fieles respondieron al llamado.

La mayoría de feligreses entran al templo, hacen oración y luego se encaminan a alguno de los confesionarios instalados en el templo.

“Tenía 20 años de no confesarme y siento un alivio en el alma. Uno cuando se confiesa encuentra el diálogo con Dios”, dijo Martín Madrigal, vecino de Pavas.