Sin perdón ni atraso, todos los meses llega la factura del agua y golpea más de un bolsillo de los abonados, sin que el servicio sea el óptimo en algunas comunidades.
El racionamiento producto de la sequía aún golpea a los vecinos de la comunidad de Tejar de El Guarco, en Cartago, quienes han tenido que usar el ingenio para recolectar agua en baldes o sacar dinero para comprar tanques.
“En el colegio no había agua en los baños y se declaró emergencia. Tuvimos que hacer una inversión superior al millón de colones en un tanque y en una bomba porque casi no llega el agua”, afirmó José Agustín Brenes, presidente de la Junta Administrativa del Colegio Elías Leiva.
La contaminación de agua con arsénico, en Guanacaste, también ha sido el dolor de cabeza para abonados que, aunque pagan el recibo, aún no ven las soluciones al problema. AyA asegura que la dificultad será sorteada antes de que finalice este año.
“En esos ¢23.000 millones hay obras en ejecución y el tema del arsénico va para el segundo semestre”, explicó James Phillips, director de Planificación del AyA.
En Tejar de El Guarco, aunque el acueducto pasó de las manos de la municipalidad a las del AyA, desde el 2009 los apuros para los vecinos ante la escasez es la misma.
“Mejoró la calidad del agua , pero en el cantón solo hay líquido de noche. En las mañanas amanecemos secos y eso afecta a muchas comunidades”, manifestó el alcalde de El Guarco, Víctor Arias.
Opositores. Pese a que los problemas no son nuevos y hubo quienes manifestaron su negativa al alza de julio del 2012, Aresep dio luz verde a al aumento. Eso hizo que una factura de una familia con consumo promedio de 20 metros cúbicos brincara de ¢7.575 a ¢13.625.
Entre los opositores en ese entonces se encontraban vecinos de Puntarenas, Guanacaste y Pérez Zeledón, quienes objetaron el aumento en la factura de agua potable ante la mala calidad del servicio que recibían.
El próximo aumento tarifario en el servicio de agua estaría previsto para enero del 2014.