Cansancio y fe acompañan a romeros que suben el Ochomogo

Tránsito resguarda el recorrido de los feligreses hasta Cartago

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Con maletines en su espalda, gorras y sombrillas, los peregrinos que van hacia la basílica de los Ángeles empiezan a sentir el dolor en las plantas de sus pies, camino a Cartago.

Feligreses de todas las edades llevan el paso de una ruta marcada por la devoción a La Negrita. Unos corren, otros cuentan chistes y otros llevan rosario en mano la oración a la Virgen.

En el camino, huele a cofal y en los kilómetros del recorrido varios hacen sus estaciones de descanso, que van desde una piedra hasta una parada de bus.

Cuesta arriba en el alto del Ochomogo, la llovizna obliga a algunos a sacar capas, mientras que otros le agradecen al tiempo su frescura.

"Uno podrá sentir dolor, en este trayecto ya uno va que le duele todo, pero cuando llegue a Cartago los dolores se van", dijo Mirna Agüero quien llevaba su traje café de carmelita rumbo a la basílica.

En el camino, la cantidad de fieles ponen a sufrir a los conductores que deben tener paciencia ante las presas de ida y regreso. Sin embargo, se mantienen activos los operativos de Tránsito y la vigilancia de nueve torres de Fuerza Pública.

Como parte de los operativos, las municipalidades hacen decomisos de todo tipo de productos de los vendedores ambulantes.

Si usted va camino en la romería, La Nación le ofrece una aplicación gratis en www.nacion.com/romeria para saber cuánto le falta para llegar a la basílica y además notificarlo en su perfil de Facebook.