Banderas ticas llenan de color la plaza de San Pedro

Vecinos de Cartago y Heredia forman parte de los 500 ticos que asisten al evento

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Ciudad del Vaticano. En medio de una multitud de banderas europeas y suramericanas, en la plaza de San Pedro ondean los colores blanco, azul y rojo entre los ticos que vinieron para hacer peticiones y agradecer “milagros” al futuro santo Juan Pablo II.

Sobre los hombros, amarradas en sombrillas o en sus manos, los peregrinos que llegaron al Vaticano levantan sus banderas como muestra de alegría de que su país participe en la celebración católica que mañana hará santos a los papas Juan XXIII y Juan Pablo II.

Los costarricenses suman unos 500 y están organizados en grupos o en familias procedentes de Cartago, Valverde Vega, San Rafael de Heredia, Escazú y Montes de Oca.

Traen peticiones a Juan Pablo II (a quien consideran más cercano) o quieren agradecerle por algún “milagro” en sus hogares.

“Vengo por Juan Pablo II. La fe hacia él me hizo seguirlo por cinco países y nunca pude verlo de cerca. Juan Pablo II hizo milagros en mí y en mi familia. Desde mañana (hoy) dormiré en la plaza de San Pedro”, dijo Norma Campos, de Heredia.

Para la actividad del domingo, los ticos están preparados con tiendas de campaña, sillas plásticas y bolsas con comida, entre la ansiedad porque el papa Francisco anunciará la santidad de Karol Wojtyla, que visitó Costa Rica en 1983.

“Uno viene por lo que Juan Pablo II representa. Yo tengo mucho que agradecerle. Cuando él fue al país, era presidente don Luis Alberto Monge. Yo era jueza y nos dieron una entrada para verlo en Casa Presidencial. Cuando yo vi ese hombre, se me puso la ‘piel de gallina’; era un santo”, dijo Carmen Seas, quien llegó a Italia con su esposo.

‘Franciscomanía’. En las aceras, los vendedores ambulantes llaman la atención con estampitas, rosarios, cuadros, calendarios y figuras de cerámica del papa Francisco y de los futuros santos, cuyos precios varían entre ¢1.500 y ¢20.000.

“Francisco ha venido a ser un papa como Juan Pablo II, que motiva a la Iglesia. La gente busca los calendarios y fotos del papa Francisco. Es la Franciscomanía”, expresó Rossendo Bersgio, quien tiene un pequeño local religioso en la vía de la Conciliación, en Roma.

La emoción que ha desatado el papa Francisco en su año de pontificado mantiene a la oficina postal de la ciudad del Vaticano llena de feligreses que llegan a escribir cartas, incluidos los ticos.

“Cuando uno ve que este lugar está rodeado de santidad, hay muchas peticiones que quiere llevar al Santo Padre. Más que todo, quiero agradecer a Juan Pablo II porque me curó de un problema que tenía en los riñones; yo soy otro milagro”, relató Ligia Ulate.

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Las filas para visitar la tumba de Juan Pablo II son de hasta dos kilómetros y hay que esperar unas tres horas para ingresar. “Vale la pena todo lo que uno tenga que esperar y caminar. Para los costarricenses, es un orgullo que el milagro de Floribeth Mora haga santo a Juan Pablo II. Llegar hasta aquí fue como un sueño hecho realidad; no lo podía creer”, dijo Jessica Duarte, de San Rafael de Heredia.

Yadira Ulate, vecina de Escazú y funcionaria del Hospital Nacional de Niños, afirma que Dios le hizo el milagro de conocer a Juan Pablo II cuando visitó Costa Rica.

La tica del milagro, Floribeth Mora (quien por intercesión de Juan Pablo II se curó de un aneurisma cerebral, según teólogos y científicos del Vaticano), su esposo y sus hijos tuvieron ayer un día de descanso para conocer Roma.

Ayer en la noche llegaron a esta capital los obispos ticos José Rafael Quirós (San José), Francisco Ulloa (Cartago) y el obispo emérito Hugo Barrantes para la colocación de la imagen de la Virgen de los Ángeles en el templo de Santa Ana, en el Vaticano, este sábado.