Tico en Filipinas describe duro panorama tras paso del tifón

"Hay comunidades afectadas donde han pasado dias sin comer", señala Bernardo Urbina

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Tardó diez días en responder su correo. Así como todo se complicó tras la tragedia, las comunicaciones también son difíciles.

Por razones laborales, Bernardo Urbina está en Cebú, una de las islas que forman el archipiélago de Filipinas pero tras el embate del tifón Haiyan, el 8 de noviembre, él se ha sumado a los miles de personas que brindan ayuda a los millones de afectados.

Contactado desde el día de la emergencia, Urbina respondió esta madrugada a La Nación mediante un texto en el que describe el duro panorama que le ha tocado vivir por allá. "Hay comunidades afectadas donde han pasado días sin comer", señaló tras narrar cómo está participando en labores de voluntariado para ayudar a las zonas afectadas.

Urbina, un diseñador industrial de 25 años, que se trasladó a esa nación para realizar tareas en una firma privada, asegura que en Cebú se siente la unión y el esfuerzo para ir a ayudar a los afectados. "Por todas partes se ven lugares donde uno puede donar bienes o ser voluntario, ya que necesitan gente para empacar y repartir todos los bienes", manifestó.

Inmerso en medio de la caótica situación, Urbina sostiene que a simple vista pareciera que la ayuda oficial aún es escasa. "Todavía no se siente que el país haya respondido a muchas de las necesidades; yo siento que es la población la que ha respondido con más ayuda", narró el joven, oriundo de Moravia, San José.

Como el panorama no puede pasar inadvertido para propios ni extraños, el muchacho unió esfuerzos este fin de semana. "Fue increíble cómo la ciudadanía de Cebú migró al norte para ayudar a los afectados. Lo que normalmente se dura dos horas, se duro tres horas, algo bueno, pues el trafico indica la solidaridad de las comunidades vecinas no afectadas", reseñó en su correo electrónico.

Según el último balance oficial de las autoridades del país, 3.976 personas murieron, 18.175 resultaron heridas y otras 1.598 permanecen desaparecidas.

El Consejo Nacional de Gestión y Reducción de Desastres de Filipinas señaló que más de 430.000 familias ya han recibido agua y comida en la región de Bisayas Oriental y apuntó que cientos de miles más las recibirán en breve.

Según el Gobierno filipino, la ciudad de Tacloban, una de las más afectadas por el tifón, ya cuenta con agua corriente, mientras que las principales carreteras de la localidad han quedado libres de escombros y desperdicios.