Policía pone la mira en ala más radical de la ultraderecha de Alemania

Terrorismo y extremismo de extrema derecha ‘representan actualmente el principal peligro para la democracia’, dice jefe de los servicios internos de inteligencia

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Berlín. El ala más radical del partido de extrema derecha Alternativa para Alemania (AfD) fue puesta este jueves bajo vigilancia por la Policía, la cual considera que este movimiento representa actualmente el “principal” peligro para la democracia del país, 75 años después del final del nazismo.

El terrorismo y el extremismo de extrema derecha "representan actualmente el principal peligro para la democracia" en Alemania, estimó Thomas Haldenwang, responsable de los servicios interiores de inteligencia.

Tras varios atentados cometidos en el país por adeptos a esta ideología radical, Haldenwang anunció que el ala dura de la AfD, principal fuerza opositora en la Cámara de Diputados (89 escaños), estará bajo vigilancia policial.

"Hoy sabemos que las democracias pueden fracasar cuando sus enemigos las destruyen desde dentro, es una advertencia que nuestra historia nos envía", añadió Haldenwang en rueda de prensa.

El funcionario subrayó que entre los simpatizantes del movimiento de extrema derecha más radical del país unas “13.000 personas están dispuestas a practicar la violencia”.

Ese movimiento, llamado “El Ala”, está integrado por unos 7.000 de los 35.000 afiliados al partido y lo dirige Björn Höcke, jefe de filas del AfD en la región de Turingia. Hace poco estuvo en el centro de una polémica al haber intentando aliarse con la derecha moderada de la canciller, Ángela Merkel.

Postura radical

En este contexto, el responsable del servicio de inteligencia, la Oficina de Protección de la Constitución, anunció que se pondrá bajo vigilancia policial al ala ultra de la AfD.

Höcke, de 47 años, y sus seguidores rechazan en particular la cultura alemana del arrepentimiento por los crímenes cometidos por los nazis. En el pasado, calificó al Memorial del Holocausto erigido en Berlín de “monumento a la vergüenza”.

También, con frecuencia, AfD agita la amenaza de un gran “reemplazo” de la población alemana autóctona por inmigrantes.

Los servicios interiores de inteligencia explicaron que han constatado que “El Ala” y sus dirigente pueden ser considerados “extremistas” y que “ponen en tela de juicio” en sus discursos y acciones los “símbolos más fuertes” del “régimen democrático” alemán, como “la dignidad humana” y el “Estado de derecho”.

En la red Twitter, AfD denunció una "instrumentalización política".

Esta medida policial tiene lugar en un contexto de recrudecimiento del terrorismo de extrema derecha, con tres ataques perpetrados en menos de un año.

En junio del 2019, un dirigente electo del partido conservador de la canciller Merkel, quien defendía los derechos de los inmigrantes, recibió un disparo a quemarropa en su domicilio cerca de Cassel, en el estado de Hesse, por parte de un presunto militante de extrema derecha.

En el otoño (boreal) pasado, un “lobo solitario” antisemita, quien se había radicalizado a través de Internet, intentó cometer una matanza en una sinagoga de Halle, Sajonia, para después matar a dos personas.

Finalmente, en febrero pasado en Hanau, un tirador racista y conspirador asesinó a nueve personas, todas ellas de origen extranjero, lo cual provocó un shock en toda Alemania.

Robert Habeck, dirigente de los Verdes, llamó este jueves “a poner a toda la AfD bajo vigilancia policial”, y no solo a los elementos ultras.

La extrema derecha se nutre sobre todo de miembros y electores -tiene el 14% de la intención de voto a nivel nacional- en la antigua Alemania Oriental.