Papa Francisco pide a palestinos e israelíes orar en el Vaticano por la paz

Sumo Pontífice invitó a los líderes de ambos países a un encuentro en Roma

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Jerusalen. AFP. El papa Francisco invitó ayer a los líderes israelíes y palestinos al Vaticano para rezar por la paz, tras tocar en Belén el denostado muro de separación entre Israel y Cisjordania, en uno de los momentos más emotivos de su visita a Tierra Santa .

En una iniciativa sin precedentes, el Pontífice argentino invitó tanto al jefe de Estado israelí Shimon Peres como al presidente palestino Mahmud Abás a orar por la paz en Medio Oriente, un sueño que parece inalcanzable después de más de seis décadas de conflictos.

“Ofrezco mi casa, en el Vaticano, para ese encuentro”, repitió Francisco al llegar a Israel, tercera etapa de su periplo de tres días por Tierra Santa, después de Jordania y Belén (Cisjordania).

La propuesta fue equiparada a la jornada masiva de ayuno y oración promovida en setiembre por el Pontífice por la paz en Siria , en oposición a una intervención militar estadounidense que en ese momento parecía inminente.

La invitación fue aceptada de inmediato por Abás, quien anunció que viajaría al Vaticano el 6 junio.

Aún se espera una respuesta oficial de Peres, cuyo mandato como presidente termina el 27 de julio.

La iniciativa del Papa, que será sin duda la marca de su primera visita a Tierra Santa, tiene ribetes de intento de reactivación de las negociaciones entre israelíes y palestinos, en punto muerto desde el fracaso del mes pasado de una tentativa de mediación estadounidense.

“Llego con el corazón adolorido por el feroz atentado del sábado en Bruselas. Acto criminal de odio antisemita”, manifestó el Papa, al condenar el tiroteo del sábado contra el Museo Judío de Bruselas, el cual causó la muerte de cuatro personas y dejó varios heridos.

Las negociaciones de paz entre israelíes y palestinos topan con cuestiones esenciales: las fronteras, las colonias israelíes en territorios palestinos ocupados, la seguridad de Israel, el estatuto de Jerusalén y los refugiados .

“Construir la paz es difícil, pero vivir sin ella es un tormento”, proclamó Su Santidad ante unas 10.000 personas que asistieron a la misa que ofició en Belén, donde según la tradición cristiana nació Jesús.

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Sorpresa. El Santo Padre paró de improviso ante el muro de separación entre Cisjordania e Israel, que el Estado hebreo estima necesario para su seguridad, pero al que los palestinos denominan “muro del apartheid ” y denuncian como un odiado símbolo de la ocupación.

Francisco bajó de su vehículo y rezó durante varios minutos en silencio, con el rostro conmovido, frente al muro, tocando sus alambradas, en un mensaje fuerte y simbólico como los que suele realizar desde que fue elegido en marzo de 2013 como pastor de los más de 1.200 millones de católicos del mundo.

Una pancarta resumía el llamado de los palestinos: “necesitamos hablar con alguien de justicia”.

La construcción del muro empezó en 2002 y ha sido declarada ilegal por la Corte Internacional de Justicia (CIJ). Israel ya ha completado pese a todo el 62% del trayecto, de 712 kilómetros, que aísla poblaciones y que según la Oficina de Naciones Unidas para la Coordinación de Asuntos Humanitarios (OCHA) privará a los palestinos de casi 6.300 hectáreas de su territorio.

Belén se convirtió ayer en una suerte de capital del “Estado de Palestina”, que el Vaticano reconoce oficialmente desde 2012.

“Que se redoblen los esfuerzos para crear las condiciones de una paz estable, basada en la justicia, en el reconocimiento de los derechos de cada uno”, pidió Francisco.

Los llamados a la paz en Oriente Medio fueron una constante de todas las etapas de la peregrinación de dos días a Tierra Santa.

En Ammán (Jordania) abogó por negociaciones para poner fin a la guerra civil en Siria.