Líderes llaman a respetar alto el fuego en Ucrania

Combates han continuado cerca de Debáltsevo, en poder de los separatistas

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Kiev. AFP. Los dirigentes de Ucrania , Rusia, Alemania y Francia instaron ayer a aplicar los acuerdos de Minsk , a pesar de las violaciones del alto el fuego constatadas en el este de Ucrania , especialmente en la ciudad de Debáltsevo, tomada por los separatistas prorrusos.

Petro Poroshenko, Vladimir Putin, Ángela Merkel y François Hollande, quienes hablaron por teléfono a primera hora de la mañana, denunciaron las violaciones de la tregua decretada el sábado a medianoche .

Asimismo, acordaron, según un comunicado del Kremlin, “aplicar con rigor todo el paquete de medidas pactadas el 12 de febrero en Minsk”, que prevén un alto el fuego total, la retirada de las armas pesadas del frente y la liberación de prisioneros.

El presidente ucraniano, por su parte, hizo hincapié en los combates en Debáltsevo y reclamó “garantías claras” en caso de nuevas “violaciones de los acuerdos” por los separatistas. No obstante, ni la jefa del Gobierno alemán ni el presidente francés evocaron la batalla de Debáltsevo.

En esta estratégica localidad, el Ejército ucraniano reconoció haber sufrido duras pérdidas en los enfrentamientos. Al menos 13 soldados perdieron la vida, 157 resultaron heridos y otros 82 se encuentran en paradero desconocido.

Unos 90 soldados más fueron capturados en la batalla de Debáltsevo, en cuyos alrededores continuaban los combates. “Hay aún unidades de la Guardia Nacional. Registran edificio por edificio. Los soldados están escondidos; algunos están en los bosques o temen rendirse”, declaró Alexandre Afendikov, líder separatista nombrado el miércoles “alcalde”de Debáltsevo.

En Artemivsk, donde las tropas ucranianas se replegaron, muchos soldados parecían ociosos y algunos adoptaban un comportamiento a menudo agresivo, constató un periodista de la AFP.

Según un responsable de la administración local, partidario de Kiev, que pidió el anonimato, la mayoría de ellos rechazan volver a combatir, mientras aparecen muchas críticas contra la gestión de la batalla por parte del Estado Mayor ucraniano.

El territorio bajo control prorruso es ahora homogéneo, ya que la conquista de Debáltsevo, mayor centro ferroviario de la región, posibilita la unión entre los territorios separatistas de Lugansk y Donetsk.

Justo después de anunciar la conquista de Debáltsevo, los separatistas indicaron que retiraban las armas pesadas del frente, conforme a los acuerdos de Minsk 2, que habían violado el domingo. Asimismo, continuaban disparando proyectiles con lanzacohetes múltiple.

El gas como arma. Al frente militar se unió de nuevo el consorcio gasístico. La compañía rusa Gazprom anunció que empezó a distribuir gas a los territorios separatistas, después de que la compañía ucraniana Naftogaz cortó el suministro a los prorrusos, y subrayó que estas entregas se realizarían “en virtud del contrato en vigor” entre Gazprom y la firma de Ucrania.

No obstante, Naftogaz indicó poco después que Kiev no pagaría el hidrocarburo suministrado por Gazprom a los territorios bajo control separatista, al no poder controlar ni su volumen ni su uso, y anunció la reanudación de sus entregas de gas al este.

Poroshenko dijo anteayer que pediría el envío de una fuerza internacional de paz, bajo mandato de Naciones Unidas, para vigilar la frontera entre Rusia y Ucrania, y la línea que separa Ucrania de las regiones separatistas.

Esta petición ha sido acogida con frialdad por la Unión Europea, que indicó el jueves que esta misión correspondería a la Organización para la Seguridad y la Cooperación en Europea (OSCE) y repitió que “el objetivo es la puesta en marcha de los acuerdos de Minsk”, según una portavoz de la diplomacia europea, Catherine Ray.

El líder separatista de Donetsk, Denis Pushilin, rechazó la propuesta de Kiev, al estimar que supondría una violación de los acuerdos de Minsk.

La posición de los prorrusos coincide con la de Moscú. Poroshenko busca “destruir los acuerdos de Minsk” pidiendo fuerzas de paz, acusó el embajador ruso en Naciones Unidas, Vitali Churkin.

En Madrid, los jefes de la diplomacia español y británico reiteraron su apuesta por el diálogo, al descartar el envío de armas a Ucrania.

“Creemos que en este momento no sería útil aportar un apoyo armado a las fuerzas ucranianas”, expresó el británico Philip Hammond, mientras que su homólogo español, José Manuel García-Margallo abogó por un “diálogo franco y abierto”, y llamó a Rusia a respetar “la integridad territorial de Ucrania”.