Grecia vota contra austeridad impuesta por Unión Europea

Tsipras rechaza a la troika, pero expresa anuencia a negociar solución a la deuda

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Atenas. AFP y EFE. Los griegos dieron ayer una clara victoria al partido contra la austeridad Syriza y dejaron a su líder, Alexis Tsipras , a las puertas de ser el primer dirigente europeo elegido para gobernar con base en un rechazo explícito de las difíciles políticas impuestas por la Unión Europea a sus miembros.

No obstante, en su primer discurso tras los comicios, Tsipras ofreció una de cal y otra de arena: “El veredicto del pueblo griego significa el final de la troika”, exclamó refiriéndose a los expertos del Banco Central Europeo (BCE), la Unión Europea (UE ) y el Fondo Monetario Internacional (FMI), que dictan a Grecia una política de austeridad desde hace cuatro años a cambio de prestar 240.000 millones de euros para salvar al país de la bancarrota.

Unos minutos más tarde anunció a sus seguidores que el nuevo gobierno está dispuesto a colaborar y negociar por primera vez con los socios europeos “una solución justa, viable, duradera y que beneficie a todos” para una deuda que corresponde al 175% del producto interno bruto (PIB).

Tsipras interpretó el resultado electoral como un mandato claro del pueblo, que supone que Grecia cambia de rumbo y “deja la austeridad tras cinco años de humillación”.

Agregó que el nuevo gobierno desmentirá “a todos los que ven destrucción”.

Por su parte, el primer ministro saliente, el conservador Andonis Samarás, reconoció la derrota. “El pueblo griego ha hablado y respetamos su decisión”, declaró.

“Entrego un país que está saliendo de la crisis, que es miembro de la Unión Europea y de la zona euro y –añadió– espero que el próximo gobierno va a mantener estos logros”.

Con el 95% de los votos escrutados, Syriza lograba un 36,4% (149 escaños) y Nueva Democracia, de Samarás, un 27,8% (76 bancas). La izquierda radical se hallaba a dos de la mayoría para controlar el Parlamento, compuesto por 300 miembros.

Uno de los vencedores de la jornada fue el partido neonazi Amanecer Dorado, que pese a tener a la mayor parte de su cúpula en la cárcel por presuntos delitos , obtuvo un 6,3%, lo que significa 17 curules.

La probable clave del futuro gobierno la constituye el partido centrista To Potami (El Río) , que en cuarta posición, con el 6 % y 17 escaños, se convierte en aliado natural de Syriza, si bien en la campaña, el líder de esta formación, Stavros Theodorakis, evitó pronunciarse en ese sentido.

Júbilo y expectativa. La victoria fue saludada por una explosión de júbilo de cientos de seguidores llegados de toda Europa en una tienda montada por Syriza en el centro de Atenas.

Los socios europeos del país, preocupados por la intención de Syriza de renegociar la deuda y desafiar los programas de austeridad impuestos por Bruselas, siguieron de muy cerca estos comicios legislativos.

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La UE parece decidida a discutir rápidamente con Tsipras. Las primeras señales podrían llegar hoy en la reunión de los ministros de Economía de la eurozona sobre el futuro del programa de ayuda financiera a Grecia.

“No vamos a evitar una renegociación (de la deuda), la cuestión es sobre qué: los plazos, los montos, o los dos”, declaró el domingo una fuente europea en Bruselas.

El presidente del Banco Central alemán, Jens Weidmann, exhortó a Syriza a “no hacer promesas ilusorias” a sus ciudadanos.

El éxito de Syriza, en cambio, fue recibido con esperanzas por las izquierdas de otros países. Los griegos “van a tener un presidente griego de verdad, no un delegado de (la canciller alemana) Ángela Merkel”, declaró Pablo Iglesias, líder del partido antiliberal español Podemos.

En Francia, el principal dirigente del Partido de Izquierda, Jean-Luc Mélenchon, evocó “una corriente de fondo”, “una página nueva para Europa”.

Los griegos han castigado al gobierno de Samarás, quien tuvo que aplicar las reformas impuestas por los acreedores de Grecia a cambio de 240.000 millones de euros prestados al país desde el 2010.

Pero la crisis y las reformas pasaron factura con un empobrecimiento de la población, en particular de la clase media, con un desempleo del 25% y recortes salariales drásticos.

Alexis Tsipras prometió medidas inmediatas como la subida del sueldo mínimo de 580 a 751 euros y advirtió de que no se conformará con un simple acomodamiento de la deuda (más de 300.000 millones de euros), sino que quiere una clara reducción. No desea, sin embargo, que el país salga de la zona euro, como ha dicho en varias ocasiones y confirmó la noche del domingo.