¿Qué sucede entre Irán e Irak y por qué aumentan los bombardeos?

Desde hace dos meses las manifestaciones en Irán aumentan; pero, ¿cuáles son los objetivos?

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Bagdad, Irak. Irán, confrontado a una ola de manifestaciones que no decrece desde hace dos meses, endurece su tono y bombardea el Kurdistán en el vecino Irak, refugio de una virulenta oposición kurda iraní.

¿Quiénes son los objetivos en Irak?

Los Guardianes de la Revolución, ejército ideológico del régimen iraní, efectuaron el domingo por la noche disparos de misiles y ataques con drones kamikazes en Irak contra facciones armadas de la oposición kurda iraní y mataron a uno de sus combatientes.

Instaladas en Irak desde los años 1980, a menudo con el beneplácito de Sadam Husein, en aquel momento en plena guerra con su vecino iraní, estas facciones son tachadas de terroristas por Teherán, que los acusó de perpetrar ataques en su territorio.

Según los expertos, estos partidos muy a la izquierda en el plano político han interrumpido prácticamente sus actividades militares, tras años de insurrección armada.

Pero siguen denunciando la discriminación que sufre la minoría kurda en Irán (unos 10 millones de una población de 83 millones). Y apoyan activamente las manifestaciones diarias que sacuden a Irán desde la muerte el 16 de septiembre de la joven kurda iraní Mahsa Amini.

Para Aso Saleh, miembro del comité ejecutivo en el extranjero del Partido Democrático del Kurdistán de Irán (PDKI), los bombardeos del domingo contra su formación en Irak están relacionados con la situación interior en Irán.

“Los partidos políticos, entre los cuales el PDKI, apoyan estas manifestaciones a través de nuestras plataformas mediáticas y nuestras oenegés, que hablan de la brutalidad del régimen”, dijo.

El PDKI asegura, no obstante, que no utiliza el territorio iraquí para lanzar ataques contra las fuerzas iraníes. En Irak sólo se encuentra la dirección y el aparato burocrático de la formación.

“Nuestras bases y nuestras fuerzas están en Irán, en el Kurdistán de Irán, cerca de nuestro pueblo”, señaló.

¿Hasta dónde puede ir Teherán?

El 14 de noviembre, bombardeos similares de Teherán causaron un muerto y ocho heridos en el Kurdistán de Irak. Otros ataques tuvieron lugar el 28 de setiembre.

Para el analista iraquí Ali al Baidar, Teherán quiere "exportar la crisis iraní", con el objetivo de "obligar al Kurdistán de Irak a hacer presión sobre los partidos kurdos iraníes para que pongan fin a sus actividades".

Pero “esto no acabará con las manifestaciones en Teherán, que han ido aumentando”, estimó.

Este lunes, el portavoz de la diplomacia iraní, Nasser Kanani, declaró que su país quería que “el territorio iraquí no fuera utilizado para amenazar la seguridad de Irán”.

E instó a Bagdad a impedir "las actividades de grupos separatistas y terroristas", desplegando "guardias" en la frontera para que "Irán no tenga que tomar medidas disuasorias".

Los bombardeos tienen lugar días después de una discreta visita a Irak del influyente general iraní Esmail Qaani, comandante de la Fuerza Quds, quien se reunió con los principales políticos del país.

Según un responsable cercano a un destacado político chiita de Bagdad, el general iraní, muy indignado, dejó planear la amenaza de una "operación aérea limitada contra la oposición (iraní) en el Kurdistán".

¿Qué respuestas hay en Irak?

El Kurdistán iraquí denunció las “repetidas violaciones iraníes” de su soberanía. Pero en Bagdad reina el silencio: ningún dirigente comentó los últimos bombardeos del influyente vecino iraní.

Pero la diplomacia iraquí, en un comunicado, condenó “firmemente” los ataques y rechazó que el país se convierta en un “terreno de batallas o de ajuste de cuentas”.

Pese a ello, aunque el poder en Bagdad sea muy afín al de Teherán, parece difícil que "el nuevo gobierno iraquí ejerza más presión contra estos grupos" iraníes, estima Shivan Fazil, investigador en el Stockholm International Peace Research Institute.

“El gobierno iraquí tiene una autoridad limitada en los territorios del Kurdistán”, recuerdó.

Por su parte, las autoridades de Erbil, la capital regional, hacen un “ejercicio de equilibrismo”, entre condenar el ataque y al mismo tiempo afirmar que no quieren que su territorio “se convierta en una rampa de lanzamiento contra sus vecinos”, según Fazil.