Tico en Puerto Vallarta: 'La zozobra fue nuestra compañera por 12 horas'

En cuestión de horas el viaje por su cumpleaños se convirtió en una de las peores experiencias de su vida.

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El costarricense José Antonio Li Piñar y su hija se encontraban vacacionando en Puerto Vallarta, México justo cuando el huracán Patricia golpeó la costa con vientos de 325 kilómetros por hora. En cuestión de horas, el viaje que realizaron por su cumpleaños se transformó en una de las peores experiencias de su vida. No apagó la vela de ningún pastel, el ciclón Patricia no se lo permitió.

Este viernes Li cumplió 51 años, pero no tuvo tiempo de celebrar. Se encontraba desde el miercoles en ese sitio turístico, en el estado de Jalisco, uno de los más importantes de México, en un viaje que había planeado junto a su hija Michelle desde hace meses.

A las 8:00 a. m. una mucama del hotel Hilton tocó desesperadamente la puerta de su habitación mientras ellos dormían. "No los quiero asustar, pero parece que Puerto Vallarta va a desaparecer", le dijo a él y a su hija de 21 años.

Para Li las palabras de la empleada del hotel parecían una broma, pero vio la seriedad cuando entró a retirar las sillas del balcón.

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"Bajamos al lobby y todo era un caos, la gente corría y estaba muy oscuro. Me extrañó que no nos dijeran nada el día antes, pero mejor que no lo hicieron porque la gente que sí se enteró salió hacia otros estados como Jalisco y Guadalajara, a donde el huracán luego se desvió", explicó Li.

A los minutos los funcionarios del hotel le informaron que los iban a trasladar hacia un refugio. Era el hotel Cristal, un edificio de dos pisos, que resistió un embate climático en el 2002.

"Me calmó que dijeran que ibamos para un albergue, pero vimos que nos llevaron al hotel de a la par, que está junto a la playa. Pregunté si ese era el albergue y nos dijeron que sí, que era un edificio muy seguro y que en el 2002 no le había pasado nada cuando hubo algo parecido", afirmó.

En ese hotel permaneció junto a su hija y los demás turistas del Hilton. Fue ubicado en una habitación del segundo piso, junto a una pareja de estadounidenses. El segundo piso era más seguro por si el agua del mar llegaba hasta la zona.

"La zozobra fue la compañera de casi todas las doce horas que estuvimos ahí. No nos llevaron en ningún momento agua ni alimentos, uno trata de entenderlos pero se les olvidó eso. Nos decían que el impacto iba a ser a las tres de la tarde, luego a las cinco y despues decian que a las siete".

El mejor consejo que recibió de los funcionarios del hotel era meterse en el baño, "si la cosa se ponía fea". Pasaron doce horas de angustia, la lluvía era fuerte y no sabían en qué momento a Patricia se le ocurriría empeorar.

A las ocho de la noche recibieron la noticia de la degradación del huracán y que se estaba alejando de la zona. Todas las personas en el hotel comenzaron a gritar de alegría, según cuenta Li.

A las 9:30 p. m. aún permanecían en el llamado refugio. Todos los turistas tenían hambre y se decidieron por regresar al Hilton, donde un guarda no les permitió ingresar.

"Nos regresamos al refugio pero luego volvimos al Hilton y a como pudimos entramos, hicimos presión y el guarda tuvo que dejarnos entrar. Como a las dos horas llegaron unos funcionarios y nos dijeron que no podían darnos alimentos porque no tenían".

José reunió algunas monedas y se dirigió a una máquina dispensadora en la parte posterior del hotel, para comprar algunos snacks. Para entonces, ya había pasado toda la noche y madrugada sin comer. Según relata, en todo ese tiempo no pudo cerrar los ojos, aunque su hija sí pudo descansar por algunas horas.

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El vuelo de regreso al Distrito Federal, según el itinerario inicial, estaba programado para esta mañana a las 6:05 a. m. y por eso, junto a otros extranjeros, Li Piñar viajó a eso de las 4 a. m. al aeropuerto de Puerto Vallarta.

"Estaba tomado por militares y no pudimos entrar, nos dijeron que estaba cerrado. Luego volvimos al hotel y regresamos después. A las ocho de la mañana entregaron el aeropuerto a las autoridades y a eso de las 9:35 pudimos salir hacia el DF", dijo Li.

Para el costarricense, su temor durante las doce horas que estuvo en el refugio fue perder conexión con el mundo exterior. El Internet funcionaba pero hubo un momento donde la electricidad faltó.

"Por ahí mis amigos y familia nos daban apoyo y nos alentaban. Habría sido muy diferente si lo hubiera enfrentado solo, pero tenía a mi hija a la par.", mencionó.

Para Li y su hija este cumpleaños lo celebrarán en Costa Rica, apenas puedan tomar un vuelo de regreso.

"Cumplí 51 años, esta es una experiencia que nunca voy a olvidar", afirmó.

Ambos regresarán al país en un vuelo que sale de México este sábado 24 de octubre a las 8:00 p. m.