Washington. EFE. La gobernadora de Arizona (EE.UU.), Jan Brewer, ordenó ayer una investigación sobre el caso del reo Joseph Wood, quien murió casi dos horas después de recibir una inyección letal que tenía los mismos compuestos usados en otra polémica ejecución en Ohio, hace seis meses.
Las autoridades carcelarias declararon muerto el miércoles a Joseph Rudolph Wood, condenado a la pena capital por los asesinatos en 1989 de su compañera y el padre de ella, una hora y 57 minutos después que comenzó la inyección del sedante midazolam y el narcótico hidromorfona .
Los testigos dijeron que Wood, de 55 años, continuó resoplando y tomando bocanadas de aire cientos de veces, cuando la ejecución debería haberse completado en unos diez minutos.
“Daba bocanadas como un pez en tierra”, relató el periodista Michael Kiefer, del diario The Arizona Republic , que fue testigo de la ejecución. “Fue muerte por apnea y continuó por una hora y media”.
El caso reavivó el debate en Estados Unidos sobre la pena de muerte , un castigo que fue restablecido por la Corte Suprema de Justicia en 1976 y que se aplica todavía en 32 estados.
Otros casos. En enero, Dennis McGuire, de 43 años y condenado a muerte por violación y asesinato en 1989, demoró casi 25 minutos en morir después que se le inyectó la misma combinación de compuestos, usada por primera vez en el país para ejecutar a alguien.
Tres meses después, Clayton Lockett , de 38 años y condenado por la violación y asesinato de Stephanie Neiman, murió como resultado de un ataque cardíaco casi una hora después de que se le administrara una combinación de tres químicos, incluido midazolam.