El presidente del Congreso de Estados Unidos, el republicano Mike Johnson, aseguró este domingo que avanza en un nuevo proyecto de ley de ayuda militar a Israel, atacado el fin de semana por Irán, sin detallar si ese paquete también incluirá fondos para Ucrania.
La ayuda estadounidense para esos dos países ha disminuido en medio de disputas políticas en el Congreso. Johnson, aliado del aspirante presidencial republicano Donald Trump, bloqueó anteriormente un paquete de asistencia de $95.000 millones solicitado por el presidente Joe Biden para Israel, Ucrania y Taiwán que había sido aprobado por el Senado.
“Los republicanos de la Cámara y el partido republicano entienden la necesidad de apoyar a Israel. Vamos a tratar de nuevo esta semana, y los detalles de dicho paquete se están preparando ahora mismo”, dijo Johnson al programa de Fox, Sunday Morning Futures. “Estamos buscando opciones para todos estos temas adicionales”, añadió.
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Johnson camina por el filo de la navaja sobre la ayuda a Ucrania, ya que Trump y legisladores de extrema derecha en la Cámara de Representantes se muestran escépticos sobre invertir miles de millones de dólares en la lucha de Kiev contra Rusia.
Tras una reunión el viernes entre Johnson y Trump en Florida, el presidente de la Cámara Baja explicó a Fox que estaba considerando estructurar la ayuda a Ucrania como un préstamo, como sugirió Trump, algo que, aseguró, “tiene mucho consenso”.
Mientras tanto, Biden participó el domingo en una llamada con líderes del Congreso, incluido Johnson, para abordar la “necesidad urgente” de que la Cámara Baja apruebe el paquete de ayuda bipartidista aprobado por el Senado.
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“En la llamada, el presidente discutió la necesidad urgente de que la Cámara de Representantes apruebe el suplemento de Seguridad Nacional lo antes posible”, dijo la Casa Blanca en un comunicado.
Irán lanzó la noche del sábado un ataque con cerca de 300 drones y misiles contra territorio israelí, en represalia por una ofensiva que destruyó su consulado en Damasco y que atribuye a Israel.
El ataque generó preocupación mundial y llamamientos a la moderación para evitar una escalada de consecuencias imprevisibles en una región en vilo desde hace más de seis meses por la guerra entre Israel y el movimiento islamista Hamás en Gaza.