Nikki Haley, la republicana que buscó dejar atrás el trumpismo

Nikki Haley decidió retirarse de la contienda presidencial republicana después de sufrir derrotas significativas en las primarias, especialmente durante el ‘supermartes’

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Washington. Nikki Haley, hasta este miércoles la principal contendiente de Donald Trump para la nominación presidencial republicana, decidió retirarse debido a sus notorias derrotas en las primarias.

Este paso llega justo después de que el expresidente (2017-2021) obtuviera una contundente victoria en el “supermartes”, venciendo en 14 de los 15 estados que participaron simultáneamente.

En su estado natal, Carolina del Sur, donde previamente se desempeñó como gobernadora, Haley anunció el fin de su campaña y expresó su esperanza de que Trump se enfoque en “ganarse los votos” de aquellos que no lo respaldaron.

Con 52 años, agotada por las polémicas declaraciones de Trump, Haley apostó por el relevo generacional frente a su rival, de 77 años, y el actual presidente demócrata Joe Biden, de 81. A pesar de su historial de derrotas en las primarias de este año, insistía en que tenía mayores posibilidades de vencer a Biden en noviembre que el expresidente republicano.

‘Falta de respeto’

Nikki Haley se comprometió a restablecer cierta “normalidad” tras el “caos de Trump” y aprovechó cada oportunidad para destacar las diferencias entre ambos.

En febrero, respondió a las críticas de Trump sobre su ausencia en la campaña junto a su esposo, un oficial de la Guardia Nacional, señalando que él no entendía el servicio al país. Además, lo acusó de una “continua falta de respeto por los sacrificios de las familias de militares”.

A pesar de estas críticas, Haley defiende principios conservadores clásicos, considerando que el estado federal está sobredimensionado, con deudas e impuestos elevados, y un sistema migratorio laxo. Aboga por aumentar la edad de jubilación para los recién llegados al mercado laboral para preservar la estabilidad de los sistemas de seguridad social y seguro médico.

Trump la tilda de “globalista”, oponiéndose a su lema de “Estados Unidos primero”, acusándola de querer “aumentar los impuestos y desangrar la Seguridad Social”.

Divergencias

En realidad, sus programas apenas difieren, excepto en el caso de Ucrania. Haley aboga por un apoyo continuo contra la invasión rusa lanzada en 2022, mientras que Trump se jacta de poder mediar entre Kiev y Moscú.

La disputa entre ambos parece centrarse principalmente en el estilo, con Trump llamándola “cabeza hueca” y reprochándole haber incumplido la promesa de no postularse en su contra en 2024. Fue Trump quien la designó como embajadora ante las Naciones Unidas al inicio de su presidencia en 2017, a pesar de su falta de experiencia internacional.

Nikki Haley, de ascendencia india y de religión sij, adoptó su apellido actual al casarse con Michael Haley en 1996. Inició su carrera política a principios de la década de 2000, logrando un escaño en el Congreso de Carolina del Sur. Alcanzó notoriedad en 2010 durante su campaña para gobernadora.

Una vez en el cargo, mantuvo una postura conservadora, mostrando hostilidad hacia sindicatos, impuestos y el matrimonio homosexual, y siendo reticente a acoger refugiados sirios en su estado.

En 2015, tras el trágico ataque en una iglesia de Charleston, ordenó la retirada de la bandera confederada del congreso estatal, considerada por muchos como un símbolo racista y de la era de la esclavitud.