Hay ciudades que nunca son noticia, hasta que pasa una tragedia. Ferguson, en el estado de Misuri, es una de ellas.
Este poblado suburbano de tan solo 16 kilómetros cuadrados, similar a la extensión de Curridabat, pasó inadvertido hasta que se convirtió en una evidencia más de la desigualdad racial que se vive en los Estados Unidos.
Ferguson experimenta protestas y violencia desde el 9 de agosto pasado, cuando un policía blanco, Darren Wilson, mató a tiros a Michael Brown, un joven negro de 18 años que estaba desarmado al momento de los hechos .
Allí, la población es en su mayoría afrodescendiente, mientras que la pobreza supera a la media estatal y la tasa de desempleo duplica a la nacional.
De los 21.111 habitantes que tiene Ferguson, según el último censo, unos 14.144 son afrodescendientes y unas 4.644 personas viven bajo la línea de pobreza (un 22%), cifra un 7% mayor a la media estatal de 15,1%. Por su parte, el desempleo afecta al 13% de la población, tasa que duplica a la nacional.
Los problemas sociales que viven los afrodescendientes también se reflejan en el acceso a los círculos de poder. En Ferguson, el alcalde de la localidad, James Knowles, es blanco, en el consejo escolar no hay representantes afrodescendientes y de los 53 policías locales, 50 son blancos.
En el resto de Estados Unidos, los afrodescendientes siguen siendo el grupo étnico más pobre del país, con un 24,7% de las personas que viven bajo la línea de pobreza.
Carencias. Según un informe de la Brookings Institution, las localidades con altos índices de pobreza suburbana en Estados Unidos, como Ferguson, se caracterizan por tener instituciones con una administración deficiente, como es el caso del cuerpo policial, los organismos sanitarios o los centros de enseñanza.
Esas deficiencias se atribuyen a que los cambios demográficos no van acompañados de los recursos para responder a las necesidades crecientes y trasladar los esfuerzos con miras a brindar mayores oportunidades económicas a los vecinos de escasos recursos.
En las movilizaciones recientes en Ferguson , protagonizadas en su mayoría por jóvenes afroamericanos, se ha puesto de manifiesto la precariedad de las infraestructuras y de las instituciones para afrontar los retos asociados a la pobreza suburbana.