Elección presidencial en Turquía: Voto de amas de casa es clave rumbo a la presidencia

La oposición busca convencer a las mujeres mediante las redes sociales y folletos en las calles. Mientras que Erdogan lanzó a sus mujeres simpatizantes a un masivo puerta a puerta, una de sus armas electorales preferidas desde la exitosa campaña de 1994

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Estambul. “¡Hay que sacarse de encima a Erdogan!”, exclama una mujer en el bazar de Besiktas, un populoso barrio de Estambul.

"Defiendan sus derechos en la segunda vuelta el 28 de mayo", insiste Rojda Aksoy, una mujer de figura menuda vestida con ropa holgada y desteñida mientras camina entre pirámides de olivas y fresas.

“El rais (el jefe) ganará”, replica otra mujer, simpatizante del presidente Recep Tayyip Erdogan.

En el poder desde hace dos décadas, Erdogan no logró obtener la reelección en la primera vuelta de la elección presidencial el 14 de mayo.

Ese áspero intercambio es parte de la batalla por la mitad de los 64,1 millones de votantes turcos, en la elección más relevante de los tiempos modernos.

La oposición busca votos por todas partes para llevar al dirigente socialdemócrata y laico Kemal Kilicdaroglu a la victoria en el balotaje presidencial del próximo domingo.

Uno de los sectores donde buscan los votos es entre las mujeres, en especial amas de casa, la base del apoyo de Erdogan.

“Turquía es laica”

Erdogan se convirtió en un héroe para los conservadores turcos al eliminar varias restricciones religiosas, entre ellas la del uso del velo en las oficinas públicas y la universidad, en un país oficialmente laico.

Su apoyo entre las amas de casa alcanzó 60% en las elecciones de 2018, según una encuesta de Ipsos, casi ocho puntos más que su votación nacional.

Pero la devaluación constante de la lira turca y el aumento de los precios afectó la vida cotidiana de las mujeres.

La peor crisis económica de Turquía desde los años 1990 le abrió una brecha al discurso de Aksoy, que busca apoyo para su causa.

"Les recordamos que incluso si (Erdogan y su partido) han estado en el poder más de 20 años, incluso con toda la propaganda a su disposición, no lograron ganar en la primera vuelta", comentó Aksoy.

Impulsado por videos virales grabados en su cocina, Kilicdaroglu obtuvo 44,9% de los votos el 14 de mayo, llevando a Erdogan a un balotaje.

En la primera vuelta, Kilicdaroglu no convenció a Cidgem Ener, de 50 años, que votó al ultranacionalista Sinan Ogan, quien obtuvo 5,2% y esta semana anunció que apoyará a Erdogan en la segunda.

"Turquía es laica", afirma Ener, al recordar que las mujeres turcas obtuvieron el derecho a votar en 1934.

“Última gota de sangre”

“Miren la situación lamentable a la que nos arrastró Erdogan, llevando al Parlamento a sus amigos de Huda—Par”, un partido islamista radical con el que el presidente alcanzó un acuerdo para mantener el control del poder legislativo, dice Ener.

Huda—Par se opone a los derechos de las mujeres y tiene vínculos con grupos implicados en ejecuciones extrajudiciales, lo cual enfurece a Ener, quien parece igualmente molesta con el precio del queso.

Ahora, Ener está decidida a votar por Kilicdaroglu.

Lo mismo hará Tijyen Alpanli, por convicción pero también por el temor a ciertos dirigentes islámicos de línea dura aliados de Erdogan y la situación de las mujeres.

"Los asesinos de mujeres casi nunca son castigados", dice la mujer de 60 años en referencia a la violencia doméstica.

Pero no todas cambiaron de opinión.

Raziye Kuskaya, de 50 años, dice que ella y su hija apoyarán a Erdogan "hasta la última gota de nuestra sangre".

"Tal vez no podamos comprar todo lo que queremos, pero no importa", indicó Kuskaya.

Con menos recursos que el partido oficialista de Erdogan, la oposición depende de redes sociales para llegar a los electores.

"Sabemos que hay masas a las que no podemos llegar, sobre todo amas de casa", admitió el opositor Ekrem Kilicdaroglu, alcalde de Estambul.

Esperanza

En cambio, Erdogan lanzó a sus mujeres simpatizantes a un masivo puerta a puerta, una de sus armas electorales preferidas desde la exitosa campaña que en 1994 le permitió conquistar la alcaldía de Estambul.

Emine Erdogan, esposa del presidente, es una de las líderes de esa campaña.

Erdogan cree en la “comunidad de género, valores y clase entre (sus) activistas de base y amas de casa”, señaló Prunelle Ayme, politóloga de CERI—Sciences Po en París.

Cuando no hay campaña, el ejército de militantes del partido AKP, de Erdogan, hace visitas de cortesía para nacimientos, bodas o funerales, creando vínculos y recogiendo información valiosa sobre la conformación de varios barrios, según Ayme.

Aunque la coalición de Erdogan mantuvo el control del Parlamento, el AKP perdió unos 20 escaños en las elecciones de mayo.

“Así que podemos tener esperanza”, manifestó Aksoy.