El informe Condenas a Muerte y Ejecuciones 2013 de Amnistía Internacional (AI) revela estas cifras y señala que en el 2013 se efectuaron ejecuciones en 22 países.
Las muertes por penas capitales sumaron el año pasado 778, mientras que en el 2012 se dieron 682 en 21 naciones.
El documento señala que casi el 80% de las ejecuciones se registraron en tres países: Irán, Irak y Arabia Saudí.
Mientras tanto, AI afirma que en China se llevaron a cabo miles de ejecuciones, más que en todo el resto del mundo; sin embargo, allí la pena capital es secreto de Estado, por lo que se desconocen las cifras oficiales de casos.
“Lamentablemente todavía existen muchos países que desean ser vistos como gobiernos de mano dura contra el crimen. En otros casos, la pena de muerte es una forma de reprimir opositores políticos o voces disidentes. Hemos visto cómo se ha pensado, incorrectamente, que la pena de muerte es un disuasivo para la criminalidad”, comentó Evelyn Román, coordinadora del Comité contra la Pena de Muerte de Amnistía Internacional.
Abolición. Sin embargo, Román destacó que hubo un incremento en las naciones para abolir la pena de muerte.
El informe de AI dio a conocer que solo EE. UU. utilizó la pena capital en América el año pasado, pese a que su tendencia apunta al descenso.
En mayo, Maryland se convirtió en el décimoctavo estado abolicionista de ese país.
“Aunque hemos visto un aumento en casos de pena de muerte, también hemos podido observar cómo ha ido creciendo el repudio y cómo cada día estamos más cerca de la abolición”, dijo la funcionaria.
Román explicó que para que un país imponga la pena de muerte dentro de sus fronteras debe tener la práctica como opción dentro de sus códigos legales, junto con los procedimientos adecuados y la manera establecida para llevarlos a cabo.