Cataluña irá a elecciones anticipadas por pugna entre independentistas

Presidente regional, Quim Torra, ve inviable la actual legislatura: convocatoria a las urnas se hará tras aprobación de presupuestos

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Barcelona. El presidente de Cataluña, Quim Torra, anunció este miércoles la convocatoria de elecciones anticipadas en los próximos meses ante la profunda desunión en el movimiento independentista, un escenario que complica la negociación planteada por el gobierno español de Pedro Sánchez.

"Esta legislatura ya no tiene más recorrido político (...) Los dos socios de gobierno encaramos el camino a la independencia de una forma que ha comportado el deterioro de la confianza mutua", dijo Torra desde el palacio gubernamental de Barcelona.

La convocatoria no será inmediata, sino que esperará unos dos meses hasta la aprobación de los presupuestos regionales, los primeros desde el 2017 en esta región del noreste de España fuertemente dividida sobre la secesión.

"Una vez se hayan aprobado los presupuestos en el Parlamento, anunciaré la fecha de las elecciones", indicó el dirigente, heredero y compañero de Carles Puigdemont en la formación Juntos por Cataluña.

El anuncio certificó el divorcio entre esta agrupación de centroderecha y sus aliados de Izquierda Republicana de Cataluña(ERC), con quienes comparten gobierno desde el 2016, al mismo tiempo que compiten por el liderazgo del movimiento separatista.

La relación se situó al borde del colapso el lunes, cuando ERC desoyó los llamados de sus socios para desobedecer la orden de la Junta Electoral española de retirar la condición de diputado a Torra, que en diciembre fue condenado a 18 meses de inhabilitación.

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La condena se deriva de la resistencia a obedecer hace un año la orden de retirar símbolos separatistas de la sede del gobierno electoral durante una campaña electoral.

“Ningún gobierno puede funcionar sin unidad, sin una estrategia común (...) y sin lealtad entre sus socios”, les reprochó Torra.

Independentistas divididos

La división ha ido en aumento desde el fallido intento de secesión de octubre del 2017, tras el cual el entonces presidente Puigdemont marchó a Bélgica para esquivar a la justicia española.

El número dos de su gobierno y líder de ERC, Oriol Junqueras, se quedó en España y fue enviado a prisión, donde cumple una pena de 13 años por sedición.

Desde la celda, Junqueras comandó un giro estratégico en su partido, tratando de evitar nuevos enfrentamientos con la Justicia y renovando el diálogo con Madrid, hasta el punto de ayudar a Sánchez a ser reinvestido jefe de Gobierno semanas atrás.

Juntos por Cataluña, que ha visto como ERC le ganaba espacio electoral, se mantuvo en posturas más beligerantes.

En las elecciones “va a haber una confrontación a muerte entre Juntos por Cataluña y ERC”, donde los de Puigdemont se presentarán como “los verdaderos independentistas”, auguró el politólogo Oriol Bartomeus, de la Universidad Autónoma de Barcelona.

Para él, esta lucha “va a tener repercusiones en la política española”, en la que el nuevo gobierno de Sánchez pretende apaciguar la crisis nacida en Cataluña una década atrás con el auge del separatismo.

Fruto del acuerdo con ERC para facilitar su investidura, Sánchez se comprometió a iniciar una mesa de negociación con el gobierno regional para “encauzar el conflicto político”.

El primer paso hacia la creación de este foro de diálogo estable es una reunión el martes, en Barcelona, de Sánchez con Torra. El dirigente catalán no esconde su recelo ante esta negociación,pero mantiene por ahora el encuentro previsto.

"Tengo la responsabilidad y la determinación de explorar la voluntad real del gobierno español para una negociación de verdad", señaló este miércoles.

Pero con un gobierno regional próximo a la disolución y formado por dos partidos abiertamente enfrentados, Bartomeus no contempla el inicio inmediato de estas conversaciones.

"Se acabó, no va a haber una reunión de la mesa antes de que haya un nuevo gobierno en Cataluña", afirmó.

El acercamiento de Sánchez a los separatistas ha sido muy criticado desde la oposición de derecha y ultraderecha, que lo llegó a acusar de “traidor” y le presiona para cancelar su encuentro con el presidente regional.