Canciller Édgar Gutiérrez: ‘Cuando llega tarde, la justicia pierde fuerza’

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El excanciller Édgar Gutiérrez (2002-2004), hoy analista independiente, vio cómo en el 2013 el juicio por genocidio contra el general Efraín Ríos Montt (1982-1983) dividió a una parte de la sociedad y devolvió aires de Guerra Fría ya olvidados.

¿Cree usted que alguna vez el general irá a prisión?

El juicio se retrotrajo a mayo del 2013 y se reanudó el 5 de enero. Lo que observo es una táctica dilatoria de la defensa. En el juicio público, los abogados buscaron retardarlo. El único que se defendió sustantivamente fue el general. Es un hombre de 89 años, tiene la misma edad que Fidel (Castro), y la defensa solamente apuesta a que el juez acepte que no puede ir a los tribunales y, por lo tanto, no puede ser juzgado.

”Fuera de los tribunales se vivió otra vez (en 2013) un clima de crispación ideológica, porque la sociedad se dividió entre los que están con Ríos Montt, que dicen que hablar de genocidio es darle una mala imagen al país y abrir heridas. Del otro lado se dice que no hay reconciliación sin justicia, sin conocer la verdad.

”En el juicio del 2013 activistas de derechos humanos creían que se iba a desatar una cacería contra ellos, que se generaría una nueva violencia política, inclusive magistrados lo creyeron. Las misiones diplomáticas tenían estado de alerta por si tenían que abrir puertas para asilo político”.

¿Por qué el concepto de genocidio divide a la sociedad?

Es un asunto muy difícil de probar en los términos de la Convención de Ginebra porque no se va a encontrar un plan militar para exterminar población indígena; eso no existió. Sí hay, en la historia de Guatemala predominio de un racismo difuso, no como el de Sudáfrica, sino más sutil, pero innegable. Hay odio racista. El sistema de dominación tiene un sustrato racista no vinculado con la Guerra Fría, sino con el colonialismo.

”Nosotros (Gutiérrez trabajó con la Comisión de Recuperación de la Memoria Histórica, de la Iglesia católica) no pudimos demostrar la comisión de genocidio. Y se usó tropa indígena contra tropa indígena”.

¿Usted cree que haya un antes y un después en Guatemala después d el juicio y condena a Efraín Ríos Montt?

Esto se podrá analizar dentro de 50 años, todo está ahora oscuro y tormentoso. No tiene precedentes, pero cuánto será un punto de inflexión, cuánto marcará la conciencia de las guatemaltecos; eso no se ha estudiado por ahora. Las gentes que viven agredidas no entienden que los tribunales vayan a hacer justicia, entonces las ideas de mano dura del general siguen existiendo.

La condena reciente a Pedro García Arredondo a 90 años de prisión por la quema de la Embajada de España, en 1980, ¿muestra algún cambio importante en el sistema judicial?

La condena es un hecho histórico; es muy significativa, pero en el mar de impunidad que sufre el país parece un hecho aislado. Además, cuando la Justicia llega 35 años después pierde su fuerza de justicia. No quiero desmerecerlo; es un hecho importante que reconoce la verdad de las víctimas; es importante para las víctimas y para ir ampliando la conciencia de la población.