Papa cierra gira en Asia con visita a hospital

Viaje papal estuvo marcado por la crisis humanitaria de la minoría musulmana de los rohinyás

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El papa Francisco se reunió este sábado en Daca con misioneras de la congregación de Madre Teresa y con jóvenes, antes de regresar a Roma, después de un viaje de seis días a Birmania y Bangladés, con la crisis humanitaria de los rohinyás como telón de fondo.

Esta gira del sumo pontífice tenía como objetivo alentar a las pequeñas comunidades de las “periferias del planeta”, a menudo mucho más fervientes que en la vieja Europa, en plena secularización.

En la última jornada de este viaje, el sumo pontífice visitó un hospital de las Misioneras de la Caridad, la congregación fundada por Madre Teresa de Calcuta, donde fue recibido por cientos de religiosas vestidas con el tradicional hábito blanco y azul.

En este centro hospitalario, cerca de 150 personas son atendidas, entre ellas Ananda Hira, enferma del riñón, sometida a una diálisis que de otra forma su familia no podría costear. “Estoy segura de que si el papa toca mi cabeza y reza por mí, voy a curarme”, había dicho poco antes de la llegada de Francisco.

Por la tarde, el Papa argentino se reunió con religiosos y jóvenes de Bangladés.

En Birmania y Bangladés, el pontífice se dirigió principalmente a las minorías católicas locales y celebró dos multitudinarias misas al aire libre en Rangún y Daca.

Crisis humanitaria

Este viaje papal estuvo marcado sin embargo por la crisis humanitaria de la minoría musulmana de los rohinyás, una de las más graves en este inicio del siglo XXI, un tema que el pontífice argentino ha denunciado reiteradamente en el Vaticano.

Una marea humana de más de 620.000 rohinyás de Birmania llegó estos últimos tres meses a Bangladés huyendo de la violencia impuesta por el ejército birmano.

Estas poblaciones se hacinan en precarios campamentos, grandes como ciudades, donde la supervivencia depende de la distribución de ayuda alimentaria.

Aunque no estuvo en la región de los campamentos, en el sur de Bangladés, Francisco sí se reunió con un grupo de estos refugiados en Daca.

Durante esos días, el papa evitó pronunciar el término “rohinyá”, tabú en Birmania y que podía haber desatado una gran polémica en la opinión pública.

Su viaje de cuatro días a Birmania creó grandes expectativas mediáticas, sobre todo porque el tema de los refugiados es una de las cuestiones clave del pontificado de Jorge Bergoglio, hijo de inmigrantes italianos.

Esta gira, la número 21 desde su elección, pone de relieve que Francisco no dispone de la misma libertad de expresión cuando se trata de abordar temas delicados en otros países.

El compromiso del Papa respecto a los rohinyás permite sensibilizar a la opinión pública mundial sobre esta tragedia “pero desgraciadamente concluye en pocas cosas en concreto para solucionar el problema”, estimó Alyssa Ayres, analista internacional.