Viena. El Organismo Internacional de Energía Atómica (OIEA), la agencia de la Organización de las Naciones Unidas (ONU) encargada de supervisar el carácter pacífico del programa nuclear iraní, expresó “preocupaciones crecientes” en un informe confidencial consultado por esta agencia.
El director general del OIEA, Rafael Grossi, señaló que las declaraciones públicas de Irán sobre sus capacidades técnicas refuerzan estas preocupaciones. Grossi instó a Teherán a “cooperar plenamente” con los inspectores de la ONU.
Las relaciones entre ambas partes empeoraron en los últimos meses. Aunque la República Islámica niega buscar la bomba nuclear, algunas figuras políticas iraníes realizaron declaraciones alarmantes, según fuentes diplomáticas.
Simultáneamente, Irán continúa su escalada nuclear y cuenta con suficiente material para fabricar varias bombas atómicas. Un documento revela que, a fecha del 10 de febrero, las reservas eran de 5.525,5 kg, superando en 27 veces el límite autorizado por el acuerdo internacional de 2015, que restringe las actividades nucleares de Teherán a cambio del levantamiento de sanciones internacionales.
Irán incumplió progresivamente los compromisos desde que Estados Unidos abandonara unilateralmente el pacto en 2018. Las negociaciones para revitalizar el acuerdo fracasaron en 2022.
En cuanto al enriquecimiento de uranio, Irán ha superado el límite del 3,67%, alcanzando 712,2 kg enriquecidos al 20% y 121,5 kg al 60%, acercándose al 90% necesario para fabricar armas atómicas.
El OIEA lamentó que Irán retirara la acreditación a varios inspectores en septiembre, afectando la capacidad de controlar el programa nuclear. Grossi denunció la restricción sin precedentes en la cooperación, calificándola como una “toma de rehenes”.
En respuesta a las críticas, Irán invitó a Grossi a visitar Teherán en mayo con motivo de una conferencia internacional sobre energía.